No sabés lo que tenés

Esta última semana estuve de visita en Buenos Aires, terminando un proceso docente en la Legislatura Porteña, y aproveché de compartir con personas del mundo público y privado con quienes conversamos muy entusiasmados sobre el acontecer político, social y económico de nuestros países. A todos, sin distinción les comentaba lo impresionado que estaba con la vida cultural de su capital, la arquitectura, las librerías, los cafés, las galerías… Entendí por qué muchos la consideran la versión sudamericana de París. “No sabés lo que tenés”, les decía, tratando de lograr el acento.

Por esos mismos días, el ex presidente trasandino, Mauricio Macri, visitaba Chile, y nos decía a los chilenos “ustedes no saben lo que tienen”. En efecto, declaraba a los medios que Chile era el único país del primer mundo en Latinoamérica, recalcando la robustez de nuestra institucionalidad, la que efectivamente miran con mucho respeto y admiración desde el resto del Mundo.

Otro punto en el que coincidimos fue sobre la importancia de poner el interés país sobre el individual. La verdad es que, de un tiempo a esta parte, en ambos países, nos hemos acostumbrado a ver cómo algunos miembros de la clase política toman decisiones pensando sólo en su sobrevivencia y no en el bien común (los retiros de 10% son un buen ejemplo).

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Esta misma semana, en Chile, veíamos la suma de apoyos a los distintos candidatos, la gran mayoría entregando el apoyo sin condiciones. Respaldos a última hora, que se perciben apurados, sin profundidad ni convicción. La política, a mi entender, más tiene que ver con promover y defender principios, y los apoyos debieran estar condicionados justamente a esos principios y a los acuerdos y compromisos alcanzados después de una discusión profunda, con argumentos, reflexión, diálogo intenso y eventualmente un acercamiento de posiciones. Para ganar una elección hay que tener vocación de mayoría y estas se construyen convocando.

En Buenos Aires tuvimos la oportunidad de reunirnos con un grupo de dirigentes de la Unión Cívica Radical, partido político de larga trayectoria y que cuenta en su historia con varios presidentes, gobernadores, parlamentarios y miles de funcionarios públicos, partido que el año 2015 dejo el pacto con el Frente Amplio para sumarse a Juntos por el Cambio, buscando ser el referente liberal en esta coalición. Fue una reunión inesperada, que me sorprendió gratamente y me dio esperanzas.

Una de ellas es que, en lo que resta de campañas antes de las elecciones, en Chile también nos atrevamos a construir mayorías, dialogando y construyendo pactos más amplios, sin dejarnos acallar por los que gritan más fuerte.

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