Septiembre en nuestra memoria
Septiembre es un mes paradigmático para Chile por donde se le mire, es la época del año en donde se conjugan distintas realidades de las diversas identidades que se manifiestan en el territorio histórico donde se representa lo que hoy conocemos por Chile.
Para este ejercicio histórico, nos centraremos en un hito que ha sido eje para la construcción de los distintos matices que ha marcado a múltiples generaciones, el relato de la historia de Chile
Este hecho se inicia en el siglo XVI, época de grandes cambios culturales, en donde por ejemplo, el redescubriendo de los clásicos griegos que puso en valor el saber humanista, las pandemias como la peste negra y sus crisis humanitarias generó grandes migraciones desde Europa a distintos territorios en búsqueda de una mejor vida para los “colonos”.
En Febrero de 1542 esta avanzada de ocupación territorial se hace presente en lo que conocemos ahora como Santiago.
Casi siete meses después de que el Conquistador Pedro de Valdivia había fundado la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, sus tropas tuvieron que enfrentar una de las batallas más recordadas de la Guerra de Arauco, con la quema de la ciudad y su destrucción.
Este hecho marcó un antes y un después en la historia de la relación intercultural entre lo hispano y lo mapuche, separando la raíz cultural desde la creencia de superioridad étnica y la virtud, inconsciente creado desde el conflicto cívico-militar.
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La frontera araucana desde la colonia se transformó en cobijo y plataforma a los sin tierra, a los inadaptados, a los vagabundos estudiados por Mario Góngora. Aquello respondía a la visión de los que buscaban la riqueza y la aspiración social, económica, de poder y honor que la tierra o el dinero les podría dar en una zona donde el poder de la Corona Hispana propiciaba un escenario favorable a sus deseos.
La zona de la frontera posterior a los hechos liderados por Michimalonko fue creada por la historiografía clásica a viva imagen del viejo oeste norteamericano, en donde los buenos se relacionaban con los malos a través de conflictos y guerras. En América Latina la conquista del territorio por los europeos representó un encuentro cultural que enfrentó dos modelos de familia, que a la vez sustentan dos perfiles de sociedad y de poder radicalmente distintos, viendo al distinto como la imagen del “bárbaro” e “incivilizado”.
Septiembre en nuestra memoria histórica es más que el 11 u 18 de Septiembre, es el hito desde donde como sociedad vemos al distinto como un actor que “invade” la cultura del otro, que la amenaza y la destruye, lo anterior basado en las diferencias éticas de cómo ver el mundo.
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¿Cómo sería el Chile de hoy si Pedro de Valdivia y Michimalonko hubiesen tenido un mejor relacionamiento?, ¿Cómo veríamos a través de la Historia de Chile, a la cultura y al pueblo-nación Mapuche, sin que hubiese ocurrido este hecho que? ¿Qué tan distinto sería Chile?
Este es el desafío al lector: ver nuestra cultura histórica más allá de un relato preconcebido, sino que comprender el origen de los actos desde distintas interpretaciones para así construir un futuro libre de los actos y prejuicios del pasado.
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