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Han pasado 42 años de la trágica muerte de un gran Camarada, del gran Comandante Sr. Carlos Paris Maldonado, en un accidente de aviación ocurrido en la Comuna de Chiguayante en el cerro Manquimávida un 08 de abril de 1979 cuando un Canso A, matrícula CC-CDS participaba en trabajos de extinción de un incendio forestal.
Su Comandante era un ex Piloto de la Fuerza Aérea de Chile, 40 años, casado , 3 hijos, residente en la comuna de Santiago, acompañado como copiloto de Rolf Taucher de 40 años y un tercer tripulante el Estudiante de Dibujo Técnico Jaime López Morales, quien viajaba como observador de la Conaf según señaló la prensa de esa época.
El avión salió del Aeródromo Carriel Sur a las 14:20 horas y se precipitó a tierra a consecuencia del impacto del ala izquierda con la copa de unos árboles ubicados en la cima del cerro dónde se estaba trabajando para extinguir el incendio forestal. Producto del impacto se desprendió el extremo del ala a unos 6 metros aproximadamente de la punta de la misma ala, precipitándose a tierra, pero gracias a la pericia del Piloto se evitó una catástrofe mayor evitando caer sobre una villa ubicada en esa área, acción que costó la vida de los tres tripulantes al estrellarse el avión sin provocar desgracias personales.
Al poco tiempo del accidente, el año 1985 , un grupo de Camaradas pertenecientes al Círculo de ex Balmacedinos de la Fuerza Aérea de Chile y con la autorización de las autoridades de la Comuna de Chiguayante erigieron un Monolito con la hélice del avión siniestrado en recuerdo de los tres caídos y que recuerda la inmolación del ex Catalinero Carlos Paris Maldonado.
Recordar en este sentido homenaje las palabras de Marcos Gerding Gilchrist escritas un 8 de abril de 1979……
¡Cayó un Canso en Chiguayante! Árbol, cualquiera que sea tu nombre, raulí, pino, avellano, álamo, roble, llora conmigo que ha muerto un gigante ofrendando la Causa Forestal su Todo hecho de Mujer, Hijos y Hogar.
Paladín fue de tu pueblo indefenso, árbol, contra el terrible fuego voraz, recorrió mil veces el Sur inmenso, implacable lluvia fue en el humo denso, sin claudicar en su lucha jamás.
Montan, por eso, guardia permanente altos pinos en su postrera morada; los vientos, que fueron sus confidentes de quince mil horas de jornadas orgullosamente realizadas, nunca dejarán de estar presentes; árboles y vientos son sus camaradas del pasado, de ahora y para siempre…. Oremos de Gracias….¡es gloria pasada!
Recuerdo gran Camarada