Todo el año es necesario protegerse de los rayos ultravioleta por los irreparables daños que pueden producir en la piel. Pero esto se vuelve aún más urgente durante el verano, pues el calor recuerda la importancia del uso de protectores solares.
Debemos tomar algunas precauciones para cuidar la piel de toda la familia, sobre todo de los más pequeños de la casa. El cáncer de piel ha aumentado su incidencia 10% por año, por lo que es fundamental tomar medidas de prevención que son normas simples para protegerse de la radiación solar.
El dermatólogo y especialista en cáncer de piel de Clínica Sanatorio Alemán, Javier Montoya, señala en relación a fotoprotección en niños, que es conveniente evitar la exposición solar directa en menores de 6 meses.
Sobre esa edad, indica que “se debe tener una conducta activa, como es el uso de fotoprotectores inorgánicos o minerales, uso de ropa con protección ultravioleta o de trama compacta oscura”.
El doctor aclara que los filtros solares a utilizar deben ser de amplio espectro, esto quiere decir que cubran radiación ultravioleta A y radiación ultravioleta B y además deben ser resistentes al agua.
Dentro de la clasificación de los filtros solares, existen dos tipos:
Es necesario recalcar que habitualmente la recomendación de todos los fotoprotectores es aplicar 2 milígramos por centímetro cuadrado. Pero estudios demuestran que las personas se aplican entre 25% a 50% de la dosis, lo que se traduce en disminución de 75% a 50% de su efectividad.
Esto lleva a una falsa sensación de seguridad al aplicar los filtros solares. Lo recomendable en niños es el tamaño de la palma de su mano de protector, para aplicarlo en todo el cuerpo. En adultos y adolecentes el tamaño de una pelota de golf para esparcir en las áreas expuestas del cuerpo y el tamaño de una cucharada de té en rostro.
El solárium produce cáncer de piel melanoma, cáncer de piel no melanoma y envejecimiento cutáneo, por este motivo en USA se cataloga en el mismo nivel del tabaco o asbesto. Esto ha llevado a prohibirlo en menores de 18 años en algunas localidades de Estados Unidos. “Si quieres estar bronceado, la mejor opción es el autobronceante”.
Debido a la pandemia por Covid -19, este año hemos permanecido confinados durante todo el invierno, primavera y gran parte del verano, esto ha incidido en un cambio de nuestra conducta biológica en relación a la exposición solar.
El doctor Montoya explica que habitualmente en primavera se comenzaba en forma paulatina la exposición al sol, lo cual permitía tener una pigmentación adecuada para el verano, asociado a la posibilidad de aumentar la vitamina D mediante su síntesis cutánea.
No obstante, debido a la pandemia, esto se modificó, siendo fundamental evitar las exposiciones solares de más de 25 minutos, las que pueden producir quemaduras solares, sobre todo en pacientes de piel clara.
La exposición solar debe ser responsable, siempre con fotoprotector y en las horas adecuadas, de esta forma se puede promover una síntesis apropiada de vitamina D y permitir los procesos de pigmentación necesarios para el verano.
Cabe destacar que en diversos estudios, se ha demostrado que los minutos necesarios para producir vitamina D son los siguientes:
25 minutos entre las 10 y 11 horas y entre las 16 y 18 horas, siempre con fotoprotector, además se ha visto que con 7 – 8 minutos de exposición , se logra una síntesis de vitamina D equivalente a 1.000 UI ( una cápsula).