Este año ha sido sin duda uno de los más difíciles que profesional y personalmente he vivido. La angustia de no ver a mi familia, la incertidumbre que generan las cifras diarias de contagio y la ansiedad de no saber cuánto tiempo estaremos conviviendo con este virus. Y, desde la educación, este desafío ha removido nuestras rutinas, formas de trabajar y sobre todo la relación con nuestras y nuestros estudiantes.

Extrañamos las salas presenciales. Las risas y conversaciones, ver a las niñas, niños y adolescentes aprender y experimentar el logro, los espacios de reflexión juntas y juntos, comentar la actualidad y la farándula y los encuentros en los pasillos llenos de abrazos y saludos cariñosos. Precisamente eso es lo que nos ha unido estos meses: reencontrarnos. Y, aunque sabemos que en estos momentos no tenemos fecha clara, lo seguimos anhelando con las mismas ganas que en marzo.

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El proceso ha sido agotador y muchas veces solitario para profesores y equipos directivos y, desde Enseña Chile, hemos buscado la manera de vivir nuestro valor “Trabajo en red” conectándonos con ellas y ellos. Nuestras y nuestros profesores del Programa de Liderazgo Colectivo reciben acompañamiento y apoyo de parte de su mentora de formación, trabajan en comunidades de aprendizaje, se reúnen en mentorías grupales y todos y todas nos formamos en encuentros. Esta experiencia colaborativa crea una red de apoyo importante para enfrentar momentos difíciles como éste.

Por eso nos motivamos y quisimos llevar estas metodologías a directivas y directivos de los doce colegios con los que trabajamos en Ñuble y Biobío. Una opción mensual de encuentro, compartir buenas prácticas y vivir en red decisiones y procesos como la priorización curricular, el plan retorno y la revisión de nuestros proyectos educativos. Nació así la Mesa de equipos directivos.

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Nuestra red de colegios se ha fortalecido en torno al trabajo colaborativo. Hemos conectado equipos de comunas diferentes en torno a desafíos comunes y hemos tenido emotivos momentos soñando juntos la educación que queremos para nuestras y nuestros estudiantes. Es una opción de aprender entre pares, pero también de contenernos y acompañarnos en la incertidumbre. Creo firmemente que la colaboración y el encuentro nos permiten reflexionar sobre nuestro propio desempeño y proyecto, ayuda a que tomemos perspectiva y podamos innovar en nuestra gestión.

Espero que estos espacios de unión, apoyo y diálogo se mantengan en el futuro y que nuestros lazos cada vez más fuertes nos permitan seguir trabajando codo a codo por y para nuestras y nuestros estudiantes. Y es que finalmente sin importar la comuna donde vivamos o enseñemos, están ellas y ellos en el centro de nuestro trabajo siempre.

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