“Es un asunto muy serio”
El resultado del plebiscito del 25 de octubre evidenció que la mayoría de los chilenos quieren una nueva Constitución para el país. Este proceso deberá asumirse como una oportunidad para convocar buenas voluntades, dejar de lado los antagonismos y centrarse en la construcción de una Carta Magna que sea representativa para todos los ciudadanos.
Este escenario nos llama a articular al sector de la centro-derecha para promover y defender ciertas ideas y principios que durante tres décadas funcionaron y nos posicionaron como un país exitoso.
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Sabemos que hay tareas pendientes y que debemos adaptarnos para responder a las demandas actuales del país, pero son la unidad política y la apertura al diálogo, en el marco de la discusión constitucional, los componentes esenciales que nos permitirán vivir el proceso de grandes acuerdos que Chile tanto necesita.
En esta época de cambios, debemos resguardar los principios de una sociedad libre, entendiendo primero que el Estado está al servicio de las personas y no al revés, y que es clave una modernización de éste para entregar herramientas beneficiosas a todos. También debemos velar por el respeto a la dignidad humana y libertad individual, sabiendo que la sociedad la constituimos todos desde la diversidad que cada uno representa. Por otro lado, tenemos el gran desafío de instalar en nuestra sociedad, nuevamente, la tolerancia, sobre todo en el debate de ideas. La polarización instalada hoy en día en nuestro país dificulta la discusión fructífera, por lo que un llamado a nuestros líderes políticos a abrir un proceso de debate respetuoso y racional para alcanzar consensos que nos lleven a un mejor Chile es un paso fundamental.
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Sin duda que la defensa de las ideas es importante en esta etapa, pero no debemos olvidar que tendremos que elegir a quienes ejercerán la ardua labor de redactar la nueva carta fundamental de nuestro país. El liderazgo que asuman posibles constituyentes debiese fomentar la responsabilidad, la disposición al consenso y la postura a escuchar y debatir con base en fundamentos, más no cargado de emociones y, a su vez, ser capaces de transmitir a la ciudadanía los alcances de este cambio constitucional y manejar las expectativas de lo que se espera de este proceso. Es por ello por lo que esperamos que los postulantes a ocupar esta vacante sean individuos consecuentes, comprometidos con Chile y que idealmente tengan cierto conocimiento en derecho constitucional y un manejo político para elevar la discusión y no caer en disputas vacías.
En estos días varios rostros de la televisión abierta han manifestado su intención para postularse a constituyentes y también han salido otros que se han marginado de tal posibilidad. Esto último recae en la importancia y seriedad que le dan al proceso, reconociendo que no son expertos para aportar a la creación de un marco constitucional. Esperamos que quienes sobrestiman su visibilidad y la aprovechen para ser candidatos, sean responsables y dimensionen lo que implica un proceso constitucional, no dejándose llevar por simples consignas. Porque la Constitución es, en la línea del Compadre Moncho, un asunto muy serio.
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