Subamos el nivel por favor
Escribo las siguientes palabras solo a minutos de haber visto las primeras emisiones de la franja electoral del plebiscito del próximo 25 de octubre, la cual me dejó una sensación de mediocridad y de pobreza argumentativa. La verdad es que mis expectativas de la franja eran excepcionalmente bajas, debido a lo pobre en contenidos que ha sido la compaña del plebiscito, aún así, esta campaña televisiva, más que una propaganda que esté a la altura de la circunstancia, no fue más que una serie de sketch publicitarios carente de sentidos, argumentos y que, en vez de clarificar la importancia de nuestra próxima elección, dedica gran parte de su tiempo a las caricaturas y a fomentar la desinformación.
El mejor ejemplo de esto fue la franja dedicada a la segunda papeleta, que es la correspondiente al mecanismo que queremos para redactar una nueva constitución. En la cual de sus 17 minutos de duración casi no se destina tiempo a explicar la diferencia, las ventajas y desventajas de cada uno del mecanismo. Con una casi total ausencia de argumentos, gran parte de los minutos de esta franja fueron destinados a gritar consignas sobre el apruebo o el rechazo, más que poder orientar a la ciudadanía sobre la Convención Mixta o la Convención Constituyente. Poco se explicó de sus diferencias funcionales y operativas, dejando que unas analogías carentes de sentido fueran toda la explicación que daban para demostrar que una era inapelablemente mejor que otra.
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El gran problema con estos primeros videos de franja electoral, es que apuntan más que informar y educar a la población sobre las diversas posturas que se presentan frente al plebiscito, busca aleonar a sus tropas, apelando a las personas que ya tienen sus posturas definidas, más que ofrecer argumentos que ayuden a que las personas diriman por su cuenta cual es la mejor opción para el país.
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Antes eso, uno podría decir que el gran espíritu de esta campaña peca de ese problema, en convertirse en una discusión paupérrima. Que, en vez de elevar el nivel de los argumentos y el espíritu de un debate ciudadano, busca dividir, desinformar, apelar al descontrol emocional, y salvo notables excepciones, esta campaña no ha logrado llegar a la discusión de fondo sobre el cambio constitucional y sus mecanismos, solo se queda en el eslogan.
Lo tristes de esto, es que el plebiscito se presenta como una oportunidad histórica de participación, ya que es una instancia que podría generar debates de civismo, del rol del Estado, del pacto social que queremos, como nunca antes habíamos tenido la oportunidad en nuestro país. Este plebiscito es sin duda el acto de gobernanza más importante de nuestra historia republicana, sin embargo, la destrucción de la educación cívica, la post modernidad, la caricatura, los eslogans, la desinformación, el miedo, la superioridad moral, y el bajo nivel argumentativo, está convirtiendo la campaña de este histórico hito, en algo muy similar a estrategias publicitarias de una empresa de retail.
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