La constituyente será feminista o no será
Quiero advertir que estas líneas son sobre Constitución y Feminismo. Si, advertir. Porque hay muchos que aún se espantan con estos temas, así que si existen sensibilidades mejor pase de largo. La constituyente será feminista o no será.
Del estallido social se generan algunos hechos sumamente significativos e históricos: El “acuerdo por la paz y una nueva constitución” firmado por la mayoría de los partidos políticos el 15 de noviembre; la reforma constitucional que estableció en el capítulo XV un mecanismo de sustitución de la Constitución; y la aprobación de la paridad de género en el órgano constituyente.
En este último punto quiero profundizar un poco porque aún hay personas que no dimensionan o comprenden la importancia de este hito. Se trata de justicia, porque durante años las mujeres de este país hemos sido invisibilizadas, excluidas y relegadas, no hay condiciones de igualdad a la hora de competir por cargos de poder, las desigualdades son profundas y estructurales, están presentes en diferentes aspectos de nuestra vida y complejizan nuestra participación.
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Qué decir del mundo privado donde nuestra inserción en cargos directivos es bajísima y muy alejada de las recomendaciones de la OCDE de la que tanto alardeamos cuando nos conviene.
Y que también nos muestran brechas salariales, domésticas, educativas y el alto riesgo de ser víctimas de distintos tipos de violencia y su normalización.
Por otra parte, el Foro Económico Mundial de 2018 indicó que para superar las brechas entre hombres y mujeres a nivel global se necesitarían 108 años, un ejemplo más de la necesidad de apurar estos cambios a través de la implementación de diferentes medidas, sean estas transitorias o no.
Si en octubre triunfa el Apruebo y la Convención Constituyente, la paridad está asegurada, esto sin duda marca un hecho histórico para nuestro país y para el mundo.
Por primera vez una Constitución será integrada, sin superioridad de un género por sobre otro (aún falta definir escaños reservados para independientes y pueblos originarios).
De todas formas, se hace indispensable que las y los constituyentes, sepan plasmar en la nueva carta fundamental el mandato ciudadano y otorgar las garantías del bien común y la protección, a las personas más vulnerables y vulneradas de este país.
Por lo mismo, la nueva constitución supone ciertos mínimos por los que debemos luchar cómo lo es el derecho a la salud, educación, agua, la protección de los recursos naturales y el medio ambiente, con pensiones dignas y una economía al servicio de las personas y no al revés.
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La descentralización también es crucial, porque el actual sistema no permite el desarrollo real e independiente de las regiones, y con la pandemia hemos tenido una clase magistral sobre esto, con autoridades regionales mirando hacia la pared mientras en Santiago han decidido absolutamente todo desde marzo, y esto tenemos que enfrentarlo más allá de la posición política que cada una puede tener, porque en este caso nos cuesta vidas, salud mental, hambre, empleos, desarrollo, es decir, impactando todas las áreas que usted se pueda imaginar.
En esta fase histórica para el país, donde vamos a refundar las bases de lo que será nuestra sociedad, tenemos que ser, por sobre todas las cosas, inteligentes.
No podemos ser cajas de resonancia de consignas, de mentiras, de amenazas o de postverdades, es imperioso buscar la verdad, escuchar más que hablar, fomentar la paz y procurar la empatía, es tiempo de sumar por un Chile más justo.
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