Juan Martínez de Rozas, el prócer olvidado de la Independencia de Chile
La siguiente columna es un pequeño homenaje a uno de los próceres de nuestra independencia y penquista por adopción. Nos referimos Juan Martínez de Rozas, uno de los precursores del proceso de la emancipación nacional.
Nació en Mendoza en 1758, que en ese entonces era parte de la Capitanía General de Chile y cursa sus estudios en el Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat de Córdoba. Posteriormente ingresa a estudiar leyes a la Real Universidad de San Felipe en Santiago, obteniendo su título de abogado por parte de la Real Audiencia, la entonces máxima instancia judicial en la colonia.
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Destacado abogado y político, tuvo un papel fundamental en la constitución de la Primera Junta de Gobierno del 18 de septiembre de 1810, ejerciendo como segundo vocal de la junta y representando a la aristocracia de Concepción. Tuvo un papel activo en la instancia, que se acrecentó al momento de ejercer la presidencia, tras el fallecimiento de Don Mateo de Toro y Zambrano.
Desde ese puesto, promovió la participación de los criollos en las decisiones administrativas, y allanó el camino para la constitución del Primer Congreso Nacional en 1811. Por desgracia no encontró apoyo en el marco de este proceso de emancipación y regresó a Concepción, con el fin de organizar una junta de gobierno autónoma a la de Santiago.
En paralelo José Miguel Carrera había dado un segundo golpe de estado y disolvió el congreso con el fin de acelerar el proceso independentista. Empero tuvo una visión negativa de la junta que se constituía en Concepción, encabezada por Juan Martínez de Rozas, por lo que se propuso a neutralizarlos. En paralelo se preparaba un levantamiento de armas de los penquistas contra la capital y por poco se traduce en un combate en las riveras del Maule. La mediación de Bernardo O’Higgins impidió este hecho, aunque la situación de Martínez de Rozas se debilitó.
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Así entonces en julio de 1812, las tropas de Concepción depusieron la junta que encabezaba Juan Martínez de Rozas y lo entregaron a José Miguel Carrera. En primera instancia lo desterró a Melipilla, para posteriormente ser trasladado a Mendoza. Fue en esta ciudad donde pasará sus últimos meses, falleciendo en mayo de 1813.
Su figura quedó inmortalizada en una escultura del artista nacional Nicanor Plaza, que se encuentra en el Parque Ecuador de nuestra ciudad. En tanto sus restos descansan en el Panteón de la Patria del Cementerio General de Concepción, como un hijo ilustre de nuestra ciudad.
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