Castigaron a su hija de ocho años por orinarse en la cama y falleció
Un padre y su pareja fueron acusados de asesinar a su hija de ocho años porque se orinó en la cama.
El hecho ocurrió en Minnesota, Estados Unidos. El hombre ató a su hija como castigo por mojar la cama y la menor murió.
Tras esto, la policía local detuvo al padre de la menor y su pareja.
El cuerpo de la niña se encontró altamente demacrado después de que la policía de Elk River, Minnesota respondió a una denuncia porque la menor se hallaba inconsciente dentro de la tina.
Según la Oficina del Sheriff del condado de Sherburne, al llegar a un complejo en el lado sur del río Elk, los oficiales encontraron a la madrastra de 28 años, realizando compresiones en el pecho de la niña, quien según los oficiales parecía "extremadamente frágil y delgada".
De acuerdo a la información policial, la mujer declaró que la niña dijo que se iba a dar una ducha, pero cuando fue a ver cómo estaba, la encontró boca abajo en el agua.
Por su parte, el padre les dijo a los oficiales que se despertó con los gritos de su pareja y que la encontró con la menor acostada en el piso.
Qué pasó realmente
No obstante, la niña también tenía cortes y marcas en la frente, múltiples hematomas, y sus dedos estaban azules cuando los oficiales la encontraron, confirmó la policía
Un informe de la autopsia encontró un traumatismo en la cabeza y dijo que probablemente murió por asfixia.
La policía también encontró sangre en el baño y marcas de "alfileres" en la frente de la pequeña.
Después del arresto de sus padres, los investigadores y trabajadores de protección infantil entrevistaron a los otros dos hijos.
El niño de seis años contó que sus padres habían usado un cinturón color café para atar a Autumn y la metieron en un saco de dormir, en el que la trasladaron a diferentes habitaciones o a la bañera. Dijo que la ataban cada vez que se portara mal o mojaba la cama.
Pese a las declaraciones de sus hijos, ambos niegan todo. Kelsey Kruse, la madre biológica de Autumn dijo que la pareja no le había permitido ver a su hija durante varios meses por preocupación por el coronavirus.