Adolescencia en cuarentena
Sin duda, la pandemia y todas sus implicancias, ha tenido diversos efectos y repercusiones en cada uno.
No podríamos decir que a todos nos ha afectado de la misma manera, no obstante, un grupo de especial cuidado son los adolescentes.
La adolescencia es una etapa del desarrollo que comienza aproximadamente a los 10 años y finaliza bordeando los 19 años. En este periodo los jóvenes vivencian importantes cambios tanto a nivel físico, emocional y social lo cual convierte a esta etapa, en un proceso no muy fácil de llevar, tanto para ellos, como para la gente que los rodea.
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Como cada etapa de la vida, este tiempo también contempla desafíos o metas, y entre ellas destaca la configuración de una identidad propia, que logran en la interacción con otros y en la diferenciación de los padres, que comúnmente se evidencia por medio de conflictos.
Es decir, para el logro de su identidad requieren el contacto con amigos o personas significativas que en muchos casos se encuentran fuera del contexto familiar más directo, limitado hoy en día por el distanciamiento social.
Por otra parte, pasan más tiempos con sus padres o familia directa y como el conflicto con ellos es inherente a esta etapa, pudiese ser que en este tiempo hayan ido en aumento las problemáticas familiares.
En cuanto a las medidas de confinamiento, para un grupo de adolescentes, pueden incluso llegar a ser cómodas, ya que el interactuar con otros en un contexto social, implica exposición y desafíos que les podrían generan altos montos de ansiedad. Pero para otros el mantenerse en casa se podría transformar en un problema.
En su lógica de diferenciación y cuestionamiento a las figuras de autoridad les podría parecer por ejemplo que las medidas de cuidado y confinamiento pueden ser exageradas e ilógicas, además, dentro de su pensamiento omnipotente, es común que lleguen a pensar que a ellos no les va a pasar nada, incluso tiendan a transgredir las medidas.
La pregunta que ahora podría surgir es ¿cómo apoyarlos en tiempo? Algunas sugerencias apuntan a la construcción de rutinas y normas familiares elaboradas entre todos, donde se incluyan actividades de responsabilidad y ocio, que se puedan realizar de manera individual o en conjunto.
Propiciar momentos de encuentro y compartir, donde se favorezcan los vínculos y se tengan en cuenta los intereses adolescentes. Otra idea es conversar acerca de diversos temas, donde se puedan expresar pensamientos y sentimientos, tanto de parte de los padres como de los jóvenes donde se escuche y se respeten las distintas intervenciones y puntos de vista.
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También es de suma importancia hacer el esfuerzo por empatizar con su sentir, sea éste alegría, tristeza, rabia, etc. Escuchar, contener y si no quiere hablar, indicarles que cuando los necesiten, estarán ahí para lo que requieran.
No olvidar ayudarlos a construir un rol activo dentro de esta pandemia, los jóvenes se motivan y se movilizan activamente por causas sociales, por lo que hoy el quedarse en casa, es un acto heroico para el bienestar de personas a las que el virus les afecta de mayor manera.
Finalmente no hay que dejar de lado de que si bien, ya dejaron de ser niños, en ningún caso estamos frente a adultos. Y que de un buen desarrollo depende que sean adultos nobles y responsables en la construcción de una mejor sociedad.
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