Educar para la sociedad
Muchas veces escuchamos o decimos que la educación es la base para la movilidad social, para adquirir herramientas y competencias útiles para la vida y para preparar a las y los jóvenes para el futuro. Sin embargo, creo que la educación no es sólo formación para ellas y ellos, sino para la sociedad como conjunto, desde sus propios desafíos, oportunidades y sueños.
Chile está atravesando procesos históricos y decisivos y nuestras y nuestros estudiantes son y serán votantes en el próximo plebiscito, elecciones municipales y presidenciales. Por eso los invito a generar los espacios formativos y reflexivos para apoyarles en su toma de decisiones como protagonistas del país del hoy y no solo del mañana. Debemos recalcar la importancia de su participación en la construcción del país en el que viven, y darles esperanza sobre el país en el que sueñan.
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Educar no para el mercado laboral cambiante, sino para una sociedad cambiante y que necesita humanizarse. Formemos jóvenes que trabajen por el bien común; ciudadanos colaborativos que busquen y construyan una sociedad más justa, que sean empáticos y escuchen a quienes tienen a su alrededor, conectados consigo mismos y con la realidad de sus comunidades.
Que ellos, también, se vuelvan el ejemplo para todos nosotros. Vivamos procesos de aprendizaje continuo en todos los niveles: estudiantes, profesores, equipos directivos, madres y padres, comunidades escolares completas. Procesos de escucha, reflexión, formación y crecimiento juntas y juntos y que estos no se acaben al terminar la educación formal, para que nos recuerden que siempre podemos crecer si lo hacemos en conjunto.
Educar para la sociedad es entendernos como tal y no como individuos que compiten. Inculcar y actuar en base a valores universales como el respeto a los derechos humanos, la búsqueda de la justicia social, la empatía con otras y otros, la colaboración y también aceptar e incluir la diversidad en tantos aspectos de la persona. Es un cambio de paradigma que pone la colaboración sobre la competencia, en la búsqueda por humanizarnos incluso en los contextos más difíciles.
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Hoy debemos construir espacios educativos que formen ciudadanos y esto no es sólo tarea de docentes, sino que todas y todos. Desde el profundo dolor que nos genera la desigualdad existente en nuestro país, es momento de repensar para qué educamos y qué sociedad tenemos y queremos. Volvamos a poner el bien común en el centro, repensemos el país que queremos y juntas y juntos trabajemos por alcanzarlo.
Formemos desde el ejemplo, desde la conversación y la escucha, desde la reflexión conjunta. Hagámonos cargo del desafío de construirlo. Educar para la sociedad no es sólo en salas de clases, es en todo lugar y todo momento.
Educar para la sociedad ahora, mañana y siempre.
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