Nuevos paradigmas y tejidos productivos; es una columna de opinión escrita por Danilo Hernández, director ingeniería Civil Unab.
Nuestra imaginación y creaciones serán el “Gatillante” de una nueva economía colaborativa basada en un optimismo práctico y una voluntad aplicada para construir un futuro más sostenible y circular.
En la actualidad aún sufrimos los efectos de la era industrial, quizás de forma inconsciente, pero, de alguna manera, seguimos aferrándonos a sistemas obsoletos que no atienden las necesidades de las personas.
Los sistemas educativos, financieros, económicos y sus indicadores, políticos, productivos y sociales, entre otros, deben ser repensados y adaptarse rápidamente a un mundo finito que requiere de nuestro cuidado y de la integración entre distintos ecosistemas, de manera equilibrada y armónica. Todo esto, para una coexistencia que establezca como eje principal los procesos educativos y culturales, desarrollos y estructuras sociales conectadas y generadoras de valor.
Hoy enfrentamos un paradigma distinto, que solicita el distanciamiento físico entre personas, pero, afortunadamente, no social. Esto último en gran parte es gracias a la ciencia, al desarrollo tecnológico y la transformación digital que han permitido generar un acercamiento social, un lenguajear y conexiones entre personas, grupos y empresas para visualizar un mundo mejor que nos invita a vivir de una manera distinta, flexible y adaptativa que, seguramente, requerirá de cambios personales e individuales, pero también de acciones colectivas y globales.
El funcionamiento y comportamiento de la sociedad, de esta aún hermosa tierra, y la poca consciencia de saber que habitamos en un sistema complejo repleto de emociones y conexiones que forman una red repleta de posibilidades de bienestar para todo habitante de ella, nos han llevado a una cuenta regresiva del planeta como lo indica el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de la Organización de Naciones Unidas.
La pregunta que surge en este instante es que si ¿estamos a tiempo para heredar un planeta habitable?, claro, una tierra colaborativa donde la voluntad, la confianza, la ética y responsabilidad personal, social, ambiental y empresarial conversen reflexivamente y con la finalidad de construir un futuro más auspicioso.
Empleamos sistemas que no reflejan lo que somos y queremos, es por eso que la invitación es a mirar hacia adelante con optimismo, positivismo y sinceridad formando comunidades virtuosas, multidisciplinarias y conectadas que cultiven el conocimiento como saber colaborativo, que pongan a disposición sus habilidades, saber hacer, para soñar un futuro comprometido con proyecto superior, con actitud, para la construcción de un nuevo tejido productivo empático y sostenible.
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