Gracias por favor concedido; es una columna de opinión escrita por José Luis Trevia, investigador de la Fundación Para El Progreso.
En estos días de pandemia, ha tocado lidiar con más de una situación compleja en el Biobío. Una de ellas es la pugna entre la iglesia evangélica del Biobío y la Fiscalía. Los primeros señalan que estarían sufriendo una vulneración a su libertad religiosa o de culto, al verse impedidos de realizar cultos.
Todo ello viene a ser el corolario de las detenciones producto de un culto con más de 50 personas en Hualpén el mes pasado. Hoy han iniciado acciones legales en la Corte de Apelaciones penquista e inclusive contra el Estado de Chile ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Resulta que el razonamiento evangélico adolece de un errorcategórico. Nos encontramos en un estado de excepciónconstitucional, el de catástrofe, se han restringido nuestraslibertades de movimiento y reunión, e inclusive por las nochesexiste toque de queda con restricción absoluta de ambas. Nadie lesha prohibido ejercer su libertad de culto, no existe una policía delpensamiento como diría Orwell, ni tampoco una inquisiciónpersiguiendo infieles o herejes, como ocurrió en épocas pretéritas.
La única restricción que posee el ejercicio de su libertad deculto, es que al igual que cualquier persona con o sin credo alguno,se reúna con otras cumpliendo las medidas de la autoridad sanitaria.
Pueden orar vía Zoom para facilitar las cosas, como miles que sereúnen así por motivos de trabajo o alguna tertulia con amigos queinvolucre beber la sangre de Cristo. Si bien están en todo suderecho de presentar acciones judiciales, la verdad es que estoparece más una reacción exagerada de quien no está comprendiendoel fenómeno que atravesamos ni las medidas que nos hemos vistoobligados a adoptar para sobrellevarla. En pedir no hay engaño dicenpor ahí, pero será la justicia quien dictamine si tienen o no razónen su estrecha visión.
Parece ser que, hoy más que nunca, conviene recordar al filósofonacional Jorge Millas, que en una entrevista en El Mercurio al serconsultado sobre qué cosas le había enseñado la filosofíarespondió: “Fundamentalmente, me ha enseñado a ser tolerante y arechazar todo dogmatismo. También me ha llevado a ejercer un controlmedianamente racional sobre mis instintos y mis frustraciones”.
En nuestros días urge tolerar y acatar las medidas de la autoridad sanitaria, adoptar una actitud preventiva y meticulosa en el accionar afín de evitar contagios o sobre exposiciones, dejando de lado dogmatismos y frustraciones que inevitablemente dirán presente.
Bajo el paraguas de la cuarentena (la ley) no existen grupos nipersonas privilegiadas, nos encontramos todos en igualdad frente alas restricciones y quienes las incumplan deben someterse a lassanciones respectivas y asumir las consecuencias de sus actos. No hayespacio para más, ni tampoco para menos.
Piensen en el prójimo que sus sagradas escrituras pregonan y cooperen como todos los demás. Luego podremos decir gracias (a Dios dirán algunos), por favor concedido.
Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.
Redacción Sabes