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El poder frente al espejo

El poder frente al espejo; es una columna de opinión escrita por el historiador y coordinador de Balloonlatam territorio Araucanía, Juan Ignacio Cordero.

Por Redacción Sabes | sábado 30 mayo 2020 - 09:39
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Chile como comunidad está inserta dentro de los países hispanoamericanos donde su historia es una clásica novela de poder y ambición.

Desde la llegada del hombre blanco a la América Morena se han construidos modelos piramidales de verdad, orden y discurso, que dejan a ciudadanos de primera y segunda, personas que saben cómo jugar el juego, algunos obedientes aprendices y otros, simples observadores.

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Es así que nos hanordenado por color de piel, por ser católicos o cristiano, por saberhablar español o mapuzungun, por ser de regiones o capital, por serhombre o mujer, por ser bárbaro o civilizado, ser impío o creyente,derecho o izquierdo y así podemos estar todo un dia escribiendorealidades binarias que se nos han hecho creer.

Estas divisionesartificiales se sustentan en tres elementos principales, un discursode orden que genera verdad y control, es así que a lo largo de lahistoria política y administrativa de Chile nacen ciertas figurasque representan el buen ser social, “el roto chileno”, “Losfilántropos”, los “Santos Laicos”, el “huaso”, el“mapuche”, “La dueña de casa”, “El jubilado”, “Elciudadano de a pie”, “El emprendedor”, etc.

Estas figuras son elequilibrio entre lo que el poder quiere normalizar y las oposicionesde la sociedad del “bajo pueblo”, una tensión constante que leda vida a estas figuras asociada a una capacidad constante deadaptación.

¿Pero cuál es elorigen lo anterior?

Hay dos sucesosdesde donde se sitúa esta reflexión: por un lado vemos lo que pasaen EE.UU. en donde el poder y el orden representado por el controlpolicial rompió ese equilibrio con el abuso de poder con elciudadano afroamericano George Floyd, ojo que al decir“Afroamericano” hablamos de este buen ser social validado por elpoder, con su discurso de integración racial, que es una verdad deconsenso, pero que oculta una desigualdad que en estosacontecimientos sale a la luz con toda su fuerza acumulada, como unvolcán, evidenciando todas las imágenes de rabia de un cúmulo deverdades invisibilizadas por años.

En el Chile delCovid-19, la política de los consensos post Pinochet se quebróhasta sus bases, en base a lo anterior se construyó una verdad queconfiguró un nuevo discurso, pero falta un punto esencial en estatriada: el orden.

El poder en su forma tradicional tiene su bastión en el orden y la hegemonización de la fuerza, lo ha defendido jugando al límite con la vulneración de los DD.HH.

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En el día de hoy sehizo pública la agenda de seguridad pública, en un contexto dondechilenos cada 29,3 minutos se están muriendo del virus y hay uncontagiado cada 3,2 minutos. El poder está arrinconado, comoboxeador viejo y cansado, tirando golpes de orden y control paradesde el miedo controlar a esta gran masa de “incivilizados ybárbaros”.

Las desigualdades reprimidas son un arma incontrolable y el poder con su ejercicio está frente al espejo siendo analizado, ¿cuál será la nueva verdad y actores que reproduzcan este nuevo discurso? es algo que se está cocinando a fuego muy lento de lo que la realidad con hambre demanda.

Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de  www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.

Redacción Sabes

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