El fracaso de la ‘nueva normalidad’

Llegaba la veintena de abril, y dentro de nuestro país comenzaba a reinar la tesis de que después de casi dos meses de enfrentar la crisis sanitaria, se estaba logrando contener la emergencia; se estaba aplanando la curva.

Poco a poco las conversaciones emigraron hacia las lógicas de un plan de retorno, o a cuando se levantarían las cuarentenas de las distintas comunas. Poco a poco se comenzó a acuñar un término que más que un plan de acción, parecía nombre de comedia gringa; ‘La nueva normalidad’. En la desesperación de muchos compatriotas de dar por superada esta crisis, y de muchas de nuestras autoridades de poder empezar a levantar la alicaída economía de nuestro país, prendió rápidamente la idea de que efectivamente estábamos pasando a una nueva etapa.

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En ese contexto, malls comenzaron a abrir y las calles de las distintas ciudades comenzaron a llenarse de gente. Muchos estaban ávidos por dar vuelta la página y pensar que lo peor ya había pasado. La verdad que todo se comenzaba a parecer a nuestro Chile previo a la llegada del virus, la única diferencia que ahora todo el mundo usaba mascarilla.

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Sin embargo, el exceso de confianza, la prematura descorchada de champaña, y los constantes mensajes sobre el éxito de aplanar la curva nos pasaron la cuenta. En la última quincena los contagiados, y el número de muertos se han disparado, y en vez de aplanar la curva conseguimos todo lo contrario, dispararla.

Por eso ahora que se siente como si estuviéramos navegando la vertiginosidad del famoso peak de la enfermedad, es importante que dejemos el aprendizaje de esta ‘nueva normalidad’ en nuestra retina, ya que llamar apresuradamente al regreso a la vida antes de la crisis, solo nos trajo como consecuencia una agudización de esta.

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