Los frescos en la pandemia
Seguramente cuesta creerlo, pero mientras algunas autoridades trabajan 24/7 para ayudar a nuestros compatriotas a pasar esta epidemia de la mejor forma posible, a salvar vidas y planificar la segunda ola de problema que acarreará, hay otros que simplemente están planificando como hacerse de recursos fiscales de mala manera. Esas personas no están pensando en que la prioridad sea el buen uso de recursos, sino que aprovechar la incertidumbre y el caos que genera esta estresante situación para ir al límite de la ley, aprovechar los tratos directos y saltarse todas las licitaciones que se pueda para capturar los ansiados sobre precios a la espera que todos estemos realmente preocupados de lo importante.
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Hace unos días las redes sociales dieron cuenta de unas compras tan extrañas como el de una compañía editorial que compraba mascarillas para un Banco Central de un país europeo; o una agencia de viajes que proveía equipos a instituciones médicas en otra. El más notable, el de una granja de frambuesas que fue contratada para proveer 100 ventiladores mecánicos en una importación a China que claramente cualquier institución podía hacer, con la salvedad que esta compra oficial tenía un sobre precio superior al 100%.
Por lo tanto, conviene detenerse un momento para poner atención a áreas donde habrá que hacer mucho esfuerzo una vez que la pandemia deje de ser la prioridad.
En primer lugar, la modernización del Estado y la capacidad de este para responder adecuadamente a las emergencias. El gobierno en Chile acaba de nombrar una comisión para lograr que los esfuerzos sociales sean focalizados y los recursos lleguen de la forma más directa a la gente que más los necesita. Se entiende que, si se necesita ahora una comisión para lograr algo tan obvio, es porque mientras se gastaban decenas de millones en lo mismo, no había realmente un control adecuado. Sumemos la gran cantidad de programas estatales que son pésimamente evaluados. Como dato, en la ley de presupuesto 2019 se estableció que de todos los proyectos evaluados solo 0,3% tenía un buen desempeño (1 programa) un 38% estaba con mal desempeño; el resto variaba en un rango entre desempeño bajo y medio, pero extrañamente, los montos asignados para el año siguiente se mantuvieron casi sin variación. No se agota el problema en estos temas, pero se debe de una vez por todas tomar en serio como funciona nuestro Estado y ponerle el cascabel al gato en un tema que todos saben que existe mucho derroche.
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El otro asunto es la corrupción en el aparato estatal, algo muy importante siempre, pero que tiene connotaciones más dramáticas en este momento. Instituciones, como Chile Transparente, Espacio Público, el Observatorio del Gasto Fiscal y tantas otras, agrupadas en la Red de Gobierno Abierto, están llamando al gobierno a mejorar la transparencia y rendición de cuentas en el marco de la crisis sanitaria y económica, suscribiendo el informe de Transparency International que pide a los gobiernos informar de donde provienen los recursos, que presupuestos se están viendo afectados y como se está gastando. Mismo asunto que solicita el FMI que entiende que muchas de estas crisis favorecen la corrupción.
Debemos exigir que posterior a la crisis, el gobierno deba dar cuenta de cómo se usaron los recursos para la emergencia, poniendo énfasis en el monto de recursos autorizados, los efectivamente gastados; a quien benefició, qué tipos de contratos se realizaron y que tan eficiente fue el gasto. Las crisis como estas generan algo de desorden que son muy bien aprovechadas por los frescos de siempre. Una actitud de la ciudadanía mas vigilante puede ayudar que en épocas de recursos escasos estos sean bien aprovechados y nadie se los lleve para la casa.
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