En Chile, viven 4.259.155 niños, niñas y adolescentes, según cifras entregadas por Unicef en enero pasado. Según la encuesta Casen (2017), en el 43,5% de los hogares de nuestro país, existen niños, niñas y adolescentes, los que seguramente junto a sus padres o cuidadores están tratando de comprender qué es el coronavirus, qué es una pandemia y por qué es necesario quedarse en la casa sin asistir al colegio ni salir a jugar o a compartir con sus amigos como estaban habituados a hacerlo hasta hace pocos días.

De todos ellos, quienes más nos preocupan, dado el menor desarrollo de su madurez emocional, son los niños que tienen entre 1 y 5 años, y que aproximadamente son 1.400.000. Ellos presentarán probablemente sentimientos de angustia, ansiedad al no comprender todo lo que escuchan u observan en las distintas pantallas, a las que sin duda están teniendo acceso en forma indiscriminada confundiendo en más de una ocasión la ficción con la realidad, creándose una falsa situación de peligro.

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Considerando quemuchos padres, madres o cuidadores no saben cómo abordar el tema,Unicef ha definido un protocolo de ocho puntos para tener presentesal momento de orientar a los niños. Se trata de un referente básicoque les permite a los padres instalar el tema, guiando unaconversación clara y precisa, ayudándolos a clarificar sus dudas através de una comunicación sencilla, pero adaptada a su etapa dedesarrollo. Es una guía que muestra una ruta a seguir.

Se sabe que todoniño tiene derecho a ser informado y es un deber de los padrescuidarlos de la angustia que puedan sentir si la información quereciben de los medios es extensa, poco clara y, en ocasiones,sensacionalista. Esta es la razón por lo que las recomendacionesgiran en torno a proteger a los niños en su emocionalidad,disminuyendo angustias y ansiedades innecesarias que los puedenllevar a desarrollar sintomatología ansiosa, manifestando enocasiones pesadillas o pánico.

Para esto, resultaimprescindible disminuir la exposición constante de los niños anoticias y conversaciones de adultos donde se aborda el tema, ya queellos, especialmente los menores de 6 años, aún no tienen lamadurez emocional suficiente para comprender y procesarcognitivamente todo lo que ven y escuchan.

Por lo tanto, sedebe evitar la exposición extrema, privilegiando tiempos exclusivospara las conversaciones familiares, escuchándolos, ayudándolos aclarificar sus dudas, y contestando sus preguntas, realizando losajustes del lenguaje, adaptándolo a cada edad, desplegandoestrategias lúdicas para explicar mejor la contingencia sanitariaque vivimos.

Algunos ejemplos de estrategias lúdicas son: crear un cuento titulándolo ¡El virus con corona!, grabárselo como un audio-libro, permitiéndoles que lo escuchen cada vez que quieran; también se puede crear un títere o una familia de títeres llamados “Los corona-virus en el reino de Pandemia”; pintar el coronavirus; hacer una obra de teatro en familia, o crear una canción o un baile familiar para grabar los pasos de cuidado y luego recordárselos.

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Sin duda, lesresultará más entretenido escuchar a sus padres que a otrosdesconocidos. De esta manera, jugando se les puede ir explicando dequé se trata esta enfermedad, qué síntomas tiene, dándolestambién la tranquilidad de que hay muchas personas trabajando en elmundo para ayudar a los que se

enferman, y que ellos están protegidos por sus padres. Así se debería lograr mayor comprensión en los niños facilitándose la toma de consciencia y la internalización de los pasos de autocuidado necesarios para evitar el contagio.

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