En esta columna, compartimos la visión de Kareen Brown Martínez, directora de operaciones de Kalibra Partners, ingeniería informática, diplomado en Gestión de Recursos Humanos por Competencias y Magister (c ) en Gestión de Personas y Desarrollo de Talentos de la Universidad San Sebastián.
La incorporación de las mujeres al mercado laboral yla necesidad de repartir las tareas y responsabilidades que hasta ahora recaíancasi en exclusividad en ellas, convierte el equilibrio entre la vida personal,familiar y laboral en uno de los pilares para el funcionamiento y lasostenibilidad tanto de nuestras sociedades como de las empresas.
Ello se inserta en un contexto de reconocimiento delprincipio de corresponsabilidad parentalen virtud del cual, padre y madre puedan participar en forma activa, equitativay permanente en la crianza y educación de los hijos e hijas, en beneficio detodo el grupo familiar y permitiendo que tanto el padre y madre puedan accedera trabajos remunerados.
Al hablar de corresponsabilidad nos referimos alprincipio por el cual, ambos padres, vivan juntos o separados, puedanparticipar de forma activa, equitativa y permanente en la crianza, y educaciónde sus hijos e hijas.
Las mujeres siguen destinando un tiempo significativamente mayor al trabajo no remunerado que los hombres. Según la Encuesta de Uso del Tiempo (INE, 2015), en Chile una mujer destina en promedio 5,89 horas a trabajos no remunerados y cuidado en un dia tipo, frente a 2,74 horas de los hombres.
Revisemos elderecho a sala cunas, que se aplica cuando la ley que obliga la existencia de -o en sudefecto a pagar por- salas cunas sólo en la medida que la empresa cuente con 20o más mujeres empleadas, y no cierta cantidad de padres.
Evidentementeesto se traduce en un encarecimiento de la contratación femenina,desincentivando y perjudicando la participación laboral, la equidad salarial ysu desarrollo profesional. Además, de poner el acento de la responsabilidad dela crianza, solamente en la madre.
Es hacia lacorresponsabilidad parental donde debemos avanzar, primero para fortalecer anuestras familias y, además, para acortar la brecha de desigualdad entrehombres y mujeres que hoy existe.
Sin duda, a nivel gubernamental y en el mundoempresarial ya hay avances en este camino. En Chile, año 2012 el Ministerio dela Mujer y la Equidad de Género impulsa la NCh 3262, norma de caráctervoluntario que tiene como fin que las empresas y compañías implementen medidasconcretas a favor de la igualdad degénero y la conciliación de vida laboral, familiar y personal mediante eldesarrollo de planes de acción consistentes con una estrategia corporativa.
Además, facilita la conciliación y propone buenasprácticas para la gestión del talento basadas en la no discriminación. Laimplementación del sistema de gestión NCh 3262 reporta diversos beneficios alas compañías: disminuye el ausentismo, mejora el clima laboral e incrementalos resultados del negocio como consecuencia del aumento de la motivación detrabajadores y trabajadoras.
Este tipo de iniciativas plantea un desafío a lasempresas y organizaciones sindicales, difundir los derechos de parentalidad ypromover una cultura, a favor de la corresponsabilidad parental.
Si nos planteamos la pregunta ¿Quiénes ganan con la corresponsabilidad? La respuesta son nuestras hijas e hijos, las generaciones futuras.
Empoderadas es una plataforma de comunicación que busca visibilizar liderazgos femeninos y espacios de equidad de género. En esta ruta, hemos contado con grandes aliados. Sabes.cl ha jugado un rol fundamental en apoyar la iniciativa de integrar a mujeres que desde su experiencia y visión nos muestran el Chile que queremos y necesitamos.
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