Necesitamos hacer todo
Algunos quieren instalar en la opinión pública este falso dilema entre vidas y salud de la economía. Claramente atacar el virus y salvar vidas es la principal prioridad , pero entendamos que sus efectos tiene ramificaciones muy potentes en la economía mundial.
La pandemia está generando destrucción de empleos como nunca antes se había visto. Solo en Estados Unidos se cree que habrá 20 millones de nuevos desempleados a fines de Abril y en Chile podría estimarse que perderán el empleo cerca de 500,000 personas considerando que solo en la construcción se calculan 70.000.
Claro que los efectos no son solo en los empleos; la menor actividad económica, las menores ventas, los cambios en las expectativas de consumidores e inversionistas generará menores ingresos fiscales lo que aumentará el déficit público y las deudas públicas y privadas. Habrá salvataje de empresas pero muchas tendrán que cerrar.
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En Chile sabemos cómo resulta finalmente; lo vivió el mundo hace una década con la crisis financiera global producto de las malas políticas crediticias , pero nosotros principalmente lo vivimos en la crisis del 82 en que el PIB cayó 14% y el desempleo bordeo el 30% contando el PEM y POJH, y en la crisis asiática el 99, en que las malas decisiones del Banco Central y del ministro de hacienda de la época ahondaron la crisis lo que significó no bajar del 10% de desempleo por casi 6 años.
Hay que poner un ojo en la economía y la ciudadanía ya entendió que es necesario hacerlo por las graves consecuencias que tendrá quedarse inmóviles. No tener confinamiento implica necesariamente que el contagio avance muy rápido y las capacidades hospitalarias sean superadas rápidamente lo que significa perder vidas por falta de atención médica.
Aplanar la curva tiene ese objetivo. Pero mientras más se “aplana la curva” la situación económica se complica aún más, generando recesiones profundas cuyos efectos son mucho más duraderos.
Las autoridades deben privilegiar salvar vidas. Todos debemos tener ese objetivo, pero eso no significa que nada se pueda hacer por la salud de la economía que pasada la pandemia habrá que recuperar. El apoyo fiscal es entonces muy importante mientras duran las cuarentenas y debe focalizarse en que las empresas pequeñas y medianas (y obviamente las grandes) no quiebren.
La batería que está usando el gobierno va en el sentido correcto
Subsidios para que las empresas subsistan focalizando el apoyo en que sus trabajadores sigan recibiendo dinero . El tener distintas opciones es correcto y ya hay fórmulas para que, de común acuerdo, se pueda suplir el sueldo considerando el tiempo trabajado o subsidios usando el fondo de desempleo para que en las empresas que ven seriamente afectada su actividad económica no se rompa el vínculo laboral, etc. La idea es que no se pierdan esos trabajos.
Las últimas medidas tendientes a entregar recursos frescos vía créditos con garantías estatales van también en la línea correcta ya que así los empresarios salvan su negocio y pueden recuperarse a una velocidad que será muy necesaria cuando pasemos el tema sanitario.
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Las propuestas para los independientes y para la gran cantidad de empleos informales debe ser más contundente, pero se ve que el ministro de Hacienda está diseñando alguna política con ese fin y para su financiamiento se deben generar ahorros en el presupuesto público; eliminar todos esos programas mal evaluados y que se siguen ejecutando , la revisión de los saldos en caja municipal( sin uso) de la ley SEP o los millonarios recursos ( 500 mill de dólares) estancados en el FAR producto de no haberlos entregado a regiones cuando correspondía.
Hay que parar la economía para disminuir los contagios
Eso es muy claro, y la experiencia de otros países ya lo demostró; pero astutamente debemos proteger la economía para que mientras pasa esta crisis las empresas sobrevivan, los trabajadores no pierdan sus empleos y tengan recursos suficientes para vivir.
Chile tiene fondos suficientes a los cuales recurrir producto de años de buenas decisiones de politica fiscal, y existe capacidad de endeudamiento para que la velocidad de recuperación sea muy rápida, pero hay que ser inteligentes, evitar el populismo y terminar con esa visión miope de falsos dilemas morales.
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