Amor en tiempos de cuarentena
Habitualmente, salvo algunas excepciones, asociamos emocionalmente cualquier separación prolongada de la pareja, con un quiebre amoroso o la perdida de algo que en la mayoría de los casos nos hacía bien. Desde este punto de vista, a raíz de la cuarentena que muchas personas se encuentran realizando, sería común entonces vivenciar síntomas y pensamientos relacionados con la pérdida, como lo son la angustia, la inseguridad, la sensación de vacío, el miedo y la incomodidad, entre muchos otros que si no son abordados, a la larga pudiesen poner en real riesgo a una relación, llevándola a una crisis que incluso podría llegar a ser difícil de solucionar.
Para que esto no ocurra podemos revisar la situación desde distintas perspectivas; por ejemplo, en primera instancia, tenemos que tener presente, que toda dificultad se configura a su vez como una oportunidad, y en este caso particular, también lo es para las parejas; en términos amplios, es una oportunidad de madurar la relación, que el cariño crezca y se fortalezca. Una oportunidad de repasar los sentimientos, la historia, y lo que cada uno quiere y espera al estar en pareja, para que al volver a encontrarse, puedan construir una mejor versión del “nosotros”.
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En segundo lugar, es importante revisar el cómo mantener la relación pese a la distancia; y ese sentido, pueden surgir una serie de ideas, siendo la principal y atingente a cualquier tipo de relación, la comunicación: como instancia dónde cada uno se sienta cómodo de expresar lo que siente y piensa, porque es escuchado y hay un esfuerzo de la otra persona, por comprender. A eso le podemos sumar muestras de cariño; como mensajes, imágenes, video llamadas, etc. planificar encuentros o citas virtuales, entre una infinidad de alternativas. Lo importante aquí, es generar instancias que permitan mantenerse presentes, pese a la distancia.
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Sin duda, con todo esto creceremos como personas; aprenderemos entre otras cosas, a adaptarnos a los cambios, comprobaremos que el cariño va más allá de la presencia física; que cada uno por sí mismo es suficiente para ser feliz; que para querer a otros, primero necesitamos querernos a nosotros mismo; que para estar juntos en una relación sana, tienen que convivir espacios personales y espacios comunes; y que si eres feliz, y buscas la felicidad del otro, tu felicidad crecerá aún más.
Por último, no tenemos que dejar de tener presente en todo momento, que separarnos hoy, es la mejor manera que tenemos de asegurar, el volver a estar juntos mañana.
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