Incertidumbre, es una columna de opinión escrita por Lucas Serrano, cientista político y director de Observa Biobío, para www.sabes.cl
Durante el transcurso de la semana estuve pensando bastante sobre a qué tema dedicar mi columna de sábado. Primero pensé en hablar de la fuerza y vigor con que las mujeres de nuestro país gritaban “Nunca más sin nosotras” durante el pasado domingo, usando esta frase de ejemplo para nuestro Estado el cual debería aprender a “nunca más hacer cambio sin la ciudadanía”.
Después pensé en hablar de los 30 años del retorno de la democracia, y hablar de cómo ese modelo que nos entregó tanto, hoy al igual que un limón sin nada más que exprimir, ha quedado obsoleto. También pensé en abordar nuevamente el plebiscito, reflexionando sobre el trágico error en el que estamos cayendo al no aprovechar esta oportunidad para discutir sobre la importancia de la constitución y su implicancia, dejándonos llevar por argumentos que parecen cánticos de barra brava. Por último, pensé en escribir sobre como el covid-19 está poniendo en jaque al recientemente autoproclamado ‘mejor sistema de salud del mundo’ (o uno de los mejores). Sin embargo, en cada uno de estos temas existía una constante volvía a repetirse, la incertidumbre.
Desdelos albores de los tiempos el no saber qué va a pasar ha generado una de lasmayores angustias en el ser humano. La religión siempre ha entregado respuestaa una de las incertidumbres más grandes que tienen las personas como es lamuerte, sin embargo, en los asuntos más terrenales los seres humanos hemostenido que aprender a vivir con la noción del desconocimiento del futuro. Sinperjuicio de esto, y por una multiplicidad de factores, hoy en Chile parece serque todo lo que se nos viene por delante está nublado con una nube deincertidumbre que desde el retorno de la democracia no habíamos tenido queexperimentar.
Elestallido social que paralizó por casi dos meses a nuestro país, tomó a todospor sorpresa, y aun cuando las evidencias estaban a la vista, nunca nadiepareció imaginar la magnitud del quiebre que generó. Hoy de cara a nuestrofuturo cercano, nadie puede saber si las manifestaciones que paralizaron aChile regresarán, es más, todas las instituciones de nuestro país parecen estaren alerta constante, esperando la próxima emergencia social que se avecine. Porlo demás, parece ser que la violencia que ha acompañado a este descontentosocial no encuentra un punto de final, teniendo a gran parte de nuestroscompatriotas preguntándose qué tiene que pasar para que los actos de violenciase terminen, sin embargo, no parece haber solución a este problema.
Porotro lado, el proceso constituyente que nació como respuesta a este malestarsocial, genera la incertidumbre propia de estas instancias, ya que queda enmanos de los votantes determinar si damos el vamos o no este proceso. Además,deberán elegir qué tipo de mecanismo se usará para formar el contingente, y esosin hablar de que poco se sabe sobres los contenidos que esta nueva cartafundamental va a tener. Sumado a todo esto, existe la posibilidad que, en elplebiscito de salida, los ciudadanos terminen por rechazar todo este proceso,dejando este esfuerzo como una instancia estéril.
Pero,más incertidumbre genera la gran presión que hoy recae en los hombros de estanueva constitución, donde muchos esperan que sea la segunda venida de Jesús yarregle los problemas de nuestra sociedad. A todo esto, tenemos que sumarle loque implicará operacionalizar esta nueva constitución, para poder lograr quecumpla con lo que en esta se va a señalar. Por último,
también existe la gran incertidumbre de si esta nueva constitución va a poder apaciguar el descontento social o si aún seguirá independiente de tener un exitoso proceso constituyente.
Finalmentedada la fuerte irrupción del Covid-19, hoy parece que tenemos una nuevavariable de incertidumbre, ya que incluso se ha puesto en duda la posibilidadde realizar el plebiscito, junto con otras actividades de nuestro día a día, yeventos importantes de nuestra patria.
En otras palabras, hoy como país parecemos tener más preguntas que respuestas, por lo que parece ser que lo único que podemos hacer es estar preparados y alerta para poder enfrentar este siglo XXI que ya se posiciona a ser el siglo más cambiante de la historia de la humanidad.
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