Sobre el Día Internacional de la Mujer

En el año 1975, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece y celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Vale la pena recordar que el origen de esta conmemoración se remonta a mediados del siglo XIX, en un mundo industrializado en el que la vida de la mujer era una continua historia de limitaciones: sin derecho a voto ni formación profesional, sin derecho al trabajo ni a ocupar cargos públicos, y en caso de poder trabajar, inmersa en una discriminación laboral caracterizada por extensas jornadas laborales y muy bajas remuneraciones.

Si bien son muchos los avances en equidad de género que se han alcanzado al día de hoy, parece mentira que en pleno siglo XXI, las mujeres en diferentes partes del mundo todavía tengamos que salir a la calle para luchar por la igualdad, la participación, la inclusión y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

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Según los datos más recientes de la ONU, 2.700 millones de mujeres no pueden acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Además, una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género. Otro dato importante, es que de las 500 personas en puestos de jefatura ejecutiva que lideran las empresas con mayores ingresos en el mundo, menos del 7% son mujeres, y hasta 2086 no se cerrará la brecha salarial si no se contrarresta la tendencia actual.

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A nivel nacional, según información recopilada en las diferentes páginas de la edición de Diario Concepción del pasado 8 de marzo, “Chile ocupa el 5° lugar en el mundo entre las naciones con mayor diferencia de sueldos entre géneros, con una brecha salarial de 200.000 pesos en favor de los hombres. Los mayores intereses que cobra la banca a las mujeres por un mismo crédito les obliga a pagar hasta un 12% más. Los planes de salud históricamente han sido más caros para las mujeres”.

A pesar de lo desalentadores de estos datos, debemos recordar que los avances logrados en equidad de género, se generaron a partir de la lucha de mujeres valientes que fueron capaces de levantar la voz, sin miedo, exigiendo lo que debería ser obvio, por lo tanto, sigamos el ejemplo, hagamos historia, enfrentemos las injusticias partiendo por el principio del amor propio, de escogernos a nosotras por encima de cualquier cosa, de fomentar nuestra autoestima, para poder hacer entender al resto del mundo, que no exigimos nada más que lo que nos corresponde como seres humanos. Espero que en un futuro, ya no tengamos que “celebrar” el día Internacional de la Mujer, porque hayamos logrado todas las reivindicaciones que nos han sido negadas.

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