El temido marzo 2020: una oportunidad
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El temido marzo 2020: una oportunidad


Por Andrés Espinoza | 25 Febrero 2020 00:39
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Como migrante en Chile, en lo personal, he reconocido que existen diferentes épocas que marcan la dinámica de todo el año: las fiestas patrias en septiembre, el verano entre enero y febrero, las vacaciones de invierno en julio, y, por último, pero no menos importante, el temido mes de marzo.

Para todos es sabido que el temor al mes de marzo es netamente económico, pues nos enfrentamos a un sinfín de gastos que pueden estar relacionados con, por ejemplo, el pago de la tarjeta de crédito por las vacaciones, matrículas y aranceles del colegio y la universidad, uniformes, útiles, seguro escolar, gastos automotrices, seguro obligatorio, permiso de circulación y patente, contribuciones, por mencionar algunos de los gastos más frecuentes.

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Sin embargo, a pocos días de la llegada del mes menos esperado del año para la mayoría de los chilenos, existe en la población una sensación de temor e inseguridad, que no tiene que ver sólo con lo económico, sino también con lo social y con lo político. Pareciera que, después de todos los sucesos que llevaron al estallido social de finales del año 2019, existiera una tensa calma, y, según se escucha en las calles y en las redes sociales, en marzo se espera que se retome con más fuerza el movimiento social, para exigir los cambios, que, la población movilizada considera justos y necesarios.

Como Secretaria Académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello, también le temo a marzo. Temo que todo lo que hemos planificado para nuestros alumnos no pueda ser entregado si se dieran circunstancias excepcionales que impidieran el normal funcionamiento de los planteles a lo largo del país. No obstante, a todo el equipo de la Universidad en nuestra sede Concepción, el temor no nos apabulla, por el contrario, nos plantea desafíos que estamos dispuestos a asumir, y para los cuales nos hemos estado preparando, siempre con el fin de entregar a nuestros estudiantes una educación integral y de calidad y acompañarlos en su proceso de formación como ciudadanos en un mundo que está en constante cambio.

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El inicio de un nuevo año académico requiere de parte de todos, una disposición al diálogo, a ser proactivos, a ser parte de las decisiones que nos determinan y a vivir comprometidos desde lo personal, pero también desde lo profesional a construir un país mejor.

Tener una sociedad menos desigual, con un mayor respeto por la persona y por el medio ambiente es un deber ético que cada uno tiene que asumir desde su realidad, como profesor, ingeniero, médico. Es una oportunidad para revitalizar la empatía y la legítima vocación como motores de nuestra formación y desempeño profesional.

Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.

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