El día 0 de la formación profesional

- La última PSU se convirtió en un hito histórico, no sólo porque marca el cierre del proceso desde su implementación en 2003, sino porque lo hace en medio de un ambiente que obligó a suspender y reagendar su rendición. Si bien el impacto de las protestas en los resultados está todavía por verse, no cabe duda que lo habrá.

Por eso es importante considerar el “Día cero”, ese día previo a tomar la decisión de qué y dónde estudiar. Algunos podrán optar a lo que soñaron, otros no, pero querrán ingresar a algún programa. Varios se enfrentarán a procesos de admisión especial y el resto se marginará de ingresar a la educación superior.

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En ese proceso hay preguntas claves que el postulante debe hacerse: ¿Conozco lo que estudiaré?, ¿cuáles son las virtudes, habilidades y hábitos que me caracterizan?, ¿cuáles no me favorecen y debo aprender a manejar?, ¿me veo ejerciendo en el futuro? y ¿qué tipo de profesional seré?

Estas preguntas no son para abrumar a nadie, sino las básicas para tomar una decisión de futuro, saber qué esperar de uno mismo y de la institución a elegir.

Mi sugerencia, como directora de una carrera universitaria y testigo en múltiples ocasiones de procesos de ingreso, no es preocuparse, sino tomar un rol activo. Cómo organizarse, cómo abordar temas paralelos a esta decisión como, por ejemplo, dónde vivir, si es necesario dejar el hogar familiar, cuál es la distancia y la ruta que debo seguir para llegar al lugar de estudios. También visitar la web de la institución, revisar la malla curricular, conocer las asignaturas y su grado de dificultad para empezar a autogestionarse en favor de la construcción del profesional al que aspira convertirse.

Es valioso tener claridad respecto a las áreas en que detecta necesitará apoyo, de esta manera el primer día en la universidad puede prestar más atención a las instancias y unidades que están encargadas de temas como, talleres de formación complementaria, desarrollo estudiantil, nivelaciones académicas, entre otros. Hay que sacar el máximo provecho de las jornadas de inducción que cada Universidad ofrece a sus nuevos estudiantes para procurar un inicio más firme del rol como estudiante de la educación superior.

Un pilar en el camino de la formación universitaria es el compañerismo. Los estudiantes que ingresan al programa de estudios estarán juntos varios años y se convertirán en colegas e incluso en amigos, por tanto cada quién tiene todo el potencial y el deber de aportar a construir un grato ambiente y lazos que perduren en el tiempo. Para ello sugiero siempre priorizar aprenderse los nombres, mantener una actitud de respeto y solidaria con sus compañeros.

Compartir con los más cercanos las reflexiones del “día 0” hará que el comienzo de esta nueva experiencia sea más grata y facilitará su adaptación, bajando la ansiedad y la incertidumbre que caracterizan a esta transición desde la educación media a la educación superior.

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