Basura, modelo y América Latina
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Basura, modelo y América Latina


Por Sergio Fuentes | 29 Enero 2020 23:53
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- Dedico esta columna al reciclador y dirigente chileno Exequiel Estay, quien falleció este verano. Exequiel trabajó incansablemente por el reconocimiento de los recicladores de base en Chile y América Latina.

Los profundos cuestionamientos al modelo económico y productivo actual esperan la concreción de políticas urgentes que modifiquen las formas de relación que sostenemos con nuestro entorno, con nuestro pares, con el medioambiente. Ese modelo alimenta un ritmo de consumo insostenible a costa de las personas y la naturaleza, sosteniendo además la concentración económica que conocemos hoy en el mundo.

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¿Cuál es la expresión final de ese modelo desconectado del bien común y de los ritmos de la naturaleza? ¿No es acaso la basura que generamos? El largo viaje de todo lo que extraemos, la energía que le inyectamos para convertir esas materias primas en productos, para luego transportarlos por el mundo para terminar consumiéndolas por un breve periodo de tiempo, ese recorrido termina siempre convertido en un residuo que se incinera, se entierra o se deposita al aire libre, en las comunidades pobres, en ríos y playas, hasta en las más altas montañas.

En términos de uso de recursos, para sostener el nivel de consumo de nuestro continente hoy se requieren 1,6 planetas. Norteamérica necesita 5 y Europa 2,8.La tendencia del consumo va en aumento a nivel global y no somos la excepción. 

El Panel Internacional de Recursos (IRP) advierte que los países de bajos ingresos requerirán cantidades cada vez mayores de materiales para alcanzar el mismo nivel de desarrollo que experimentan los países de altos ingresos. Esta demanda creciente de materiales seguramente generará conflictos locales como los que se observan en áreas donde la minería compite con la preservación de fuentes de agua, la agricultura y el desarrollo urbano con la soberanía alimentaria y la conservación de la biodiversidad.

Hoy como continente debemos definir si aspiramos a consumir en promedio 2 a 3 veces más materiales que los que consumimos hoy, que es lo que necesitaríamos para alcanzar el nivel de consumo de los países ricos, o si daremos nuevos espacios a tradiciones que decidamos mantener para aportar a un modelo en armonía con la naturaleza.

Hoy en América Latina 145 mil toneladas de residuos se destinan a basurales diariamente, y cálculos optimistas señalan que recuperamos alrededor de un 5% de los residuos que generamos.

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Es claramente un retraso inaceptable, pero podemos hacer del defecto una virtud si vemos la falta de infraestructuras como una oportunidad de planificar las cosas de forma distinta, aprovechando las buenas prácticas, promoviendo la dimensión comunitaria de la gestión de los residuos, reconociendo el servicio de los recicladores y recicladoras de base.

Esta es una flexibilidad que otros continentes no tienen, y si jugamos bien nuestras cartas con políticas que apunten al origen del problema de los residuos, incorporando los principios de basura cero en las políticas de manejo de los mismos en los niveles barrial, comunal, regional y nacional, podremos salvarnos de la situación crítica en que se encuentran hoy países que –con tecnología, recursos e infraestructura a su haber- simplemente no saben qué hacer ni dónde disponer sus residuos.

Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.

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