Regalo de navidad
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Regalo de navidad


Por Andrés Espinoza | 21 Diciembre 2019 22:22
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Faltan pocos días para navidad. El año comienza a cerrar y el país está recibiendo anticipadamente un regalo de navidad que, parece ser, nos durará un buen tiempo: la violencia política. Ha sido ya una constante del último tiempo, el hecho de que por medios violentos se intente pensar que se resuelven los conflictos políticos existentes entre unos y otros.

El filósofo Isaiah Berlin, en su conocido ensayo “Dos conceptos de Libertad”, afirmaba que en una sociedad plural, abierta, compleja, diversa (como lo es la chilena), existirán siempre conflictos sobre las concepciones o visiones de mundo que tengamos. Es connatural a una sociedad configurada por personas, todas muy distintas unas de otras, que esto ocurriese.

Pero, continúa Berlin, esos conflictos con sesgos plenamente legítimos deben ser canalizados en la política y resueltos de forma pacífica (como lo es la deliberación o debate en una democracia). Hoy en cambio, nos enfrentamos a solo una parte de lo que Berlin describió, la diversidad de visiones y el entrar en tensión que éstas suponen, mas no su canalización y resolución pacífica.

¿Cuántos casos hemos visto ya? Sin duda el más próximo fue la funa al diputado Gabriel Boric (Frente Amplio), en la cual lo agreden mojándolo, insultándolo y lanzándole cosas. Sin embargo, mirando hacía atrás encontramos otros precedentes. En 2008 María Música le arrojó un jarro de agua a la ministra de educación de la época, Mónica Jiménez. Curioso, un dirigente nacional del Colegio de Profesores matizó el hecho en su minuto: Mario Aguilar (hoy actual presidente del gremio). En 2013 la ex presidenta Michelle Bachelet fue escupida en Arica. En las primarias presidenciales de 2017 un grupo de personas agredió al senador Felipe Kast (Evópoli). Funaron al senador Insulza (PS) a Beatriz Sánchez (Frente Amplio), quemaron sedes partidistas a lo largo de Chile (UDI y PS). Así, se ha ido gestando una espiral de violencia que ya no reconoce color político alguno, sino que solo se expresa iracundamente sobre sus víctimas. ¿Con este clima político pretendemos darnos una nueva Constitución? Juzgue usted.

De no rechazar tajantemente esta práctica antidemocrática, en la cual considerar que la propia visión basta para considerarse correcta y quién me parezca que se opone debe ser agredido, es un caldo de cultivo para cocinar a fuego rápido nuestra democracia. La violencia no puede ser relativizada, ni tampoco puede ser azuzada como lo vimos durante octubre por el Partido Comunista y parte del Frente Amplio, debe ser condenada tajantemente en todas sus formas y variantes. En una democracia el diálogo, el respeto, el entendimiento, la tolerancia, la diversidad y la solución pacífica de nuestros legítimos sesgos políticos es la forma de entendernos y encausar nuestras diferencias. No hay lugar para la violencia en ella y espero que abramos otro regalo esta navidad: el de la paz.

Jose Luis Trevia – Investigador Fundación para el Progreso Concepción.

Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.

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