Quien siembra vientos, cosecha tempestades
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Quien siembra vientos, cosecha tempestades


Por Andrés Espinoza | 07 Diciembre 2019 23:05
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Un terremoto económico asola Chile. El desastre irrogado por las olas de violencia que azotaron intermitentemente al país, han dejado tras su paso consecuencias graves, perjudiciales y nocivas para gran parte de la población, pero especialmente a los más pobres.

Es que allí se persiste en una fatal incongruencia, o derechamente en hipocresía, en justificar saqueos, incendios, barricadas y graves alteraciones del orden público, pues forma parte imprescindible de la protesta social en nombre del pueblo.

Quién puede ser tan soberbio para actuar a nombre de otro por derecho propio y todavía tomar decisiones perjudiciales para éste, como lo fue destruir mobiliario público y privado, dañar al transporte público evitando el desplazamiento y fustigar hasta el cansancio el día a día de las personas impidiendo su trabajo y libertad.

Vamos a los números. El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de octubre registró una abrupta caída de -3.4%, y que terminó por superar al mismo índice medido el mes de marzo de 2010. En aquella oportunidad, el terremoto dañó nuestra economía con un -2.8% producto de una fuerza natural incontrolable. Lo de nuestros días, en cambio, es expresión voluntaria y humana.

La consecuencia inmediata de ello fue que 15 mil Pymes han sido afectadas y hoy se aprecian largas filas de personas en búsqueda del cobro del seguro de cesantía. Así las cosas, existen más de 66 mil despidos en el mes de noviembre, representando un aumento de 84% en comparación al mismo mes en el 2018. El Banco Central ya ha dado luces y advertencias, nos aproximamos a una tasa de desempleo de dos dígitos (10%) y de una inflación de 3.6%, es decir, continuar perjudicando a los que menos tienen.

En virtud de lo anterior cae de cajón una pregunta. ¿Quién está mejor que hace cincuenta días atrás? La verdad es que Chile está más pobre, desigual y peor que ayer. Hoy existen dificultades para trasladarse por los daños al transporte público de buses u otros, aumenta el desempleo, el dólar ha subido a paso firme en base a la incertidumbre económica y los productos que importamos pronto encarecerán aún más la vida y nuestra moneda se devalúa.

No debemos olvidar quienes azuzaron la violencia, romantizándola, y quienes la practicaron en las calles. Es deber del Ministerio Público llevar ante la justicia a los responsables de esta y que nos han dejado un negro pasar en el país. No es de extrañar que el fenómeno no se detuviese sí parte de la clase política festejaba estas acciones y se deshacía en elogios a la “primera línea”.

Solo un ambiente de paz, tranquilidad y entendimiento puede sacarnos de este ciclón. Pero no debemos olvidar que quien siembra vientos, cosecha tempestades.

Jose Luis Trevia – Investigador Fundación para el Progreso Concepción.

Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.

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