Pamela Díaz encaró a Adriana Barrientos
Fue alrededor de 2012 cuando comenzó la leyenda de Sir Perro. Un can cuyos gestos evocaban nobleza y distinción, pese a ser un callejero, arribó a la Universidad de Concepción y nunca más se mudó allí. Las fotografías de aquellos años lo retratan en clases, dentro de las aulas sentado como un alumno más, así como en los carretes, tomas y cualquier otro tipo de actividad estudiantil. Durante unos cinco o seis años, una gran parte del campus se retrató con el animalito, compartiendo las fotos en Facebook y Twitter, por aquel entonces las redes sociales más usadas.
Las leyendas urbanas llegaron a afirmar que Sir Perro podía ser la reencarnación de algún ex alumno o profesor de la UdeC y por ello su gusto por frecuentar el Campanil y sus alrededores. Incluso medios de prensa escrita realizaron reportajes en torno a su figura.
En 2013 La Estrella de Concepción escribía que los estudiantes le crearon una página en Facebook. En ese año, ya tenía alrededor de 4.500 seguidores. Rolando Macaya, quien en dicha época era funcionario de la UdeC, sostuvo que “en el campus deambulan unos 20 perros vagos y este es el más famoso de todos. Nosotros no dejamos que los animales estén por todos lados pero él entra igual a algunas partes. Llegó acá hace como tres años y se ha vuelto popular entre los jóvenes que le tienen mucho cariño”.
Sir Perro tenía su genio. Su mal carácter lo llevó a verse involucrado más de alguna vez en protestas estudiantiles y se le vio morder a uno que otro uniformado. También peleaba con otros canes y era muy territorial. Pese a ello, muchos lo recuerdan por su carácter apacible hacia los estudiantes y sus poses llenas de nobleza que los alumnos se encargaban de alabar.
Además, la fama que gozó durante casi cinco años, visibilizó la problemática que existía en la Universidad de Concepción en torno a la aparición de perros callejeros en el campus. Animalistas, entre ellos estudiantes y funcionarios de la casa de estudios, se preocupaban del animal cada vez que aparecía herido o enfermo.
En 2017, la escudera y encargada de Sir Perro, comunicó a los alumnos y trabajadores de la UdeC sobre el fallecimiento del famoso animalito. Se encontraba enfermo de distemper y pese a todos los esfuerzos por salvarlo, partió al Cielo de los Perros.
Su cuerpo fue cremado y sus cenizas fueron esparcidas en los pastos entre el Foro y la Biblioteca Central en donde compartió, a lo largo de su corta vida, con cientos de miles de estudiantes de la universidad penquista que cumple 100 años. Quienes rieron y lloraron junto a él, aún lo recuerdan.