Corporación evangélica en la cárcel: Busca la reinserción de los reclusos
Fieles a la consigna “Amar al preso, es amar a Cristo”, el Centro Evangelístico Carcelario Regional de Concepción (Cecarcon) cumplió 30 años de historia que celebró en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Biobío.
La corporación evangélica, sin fines de lucro, no solo contribuye a masificar la fe en los penales, sino que además fuera de éstos, habilitando casas de acogida que operan en Nonguén, Chiguayante, Talcahuano, Hualpén, Lota y recientemente Chillán.
Parte de su misión es re vincular social, familiar y laboral de infractores de ley en proceso de reinserción, según explicó el Obispo Fernando Tardón, presidente de la corporación.
“Creemos que el interno necesita de un apoyo fuerte, tanto de Cecarcon como del Estado para hacer que esta sociedad vaya cambiando en todos sus niveles; el hombre carcelario no cuenta con apoyo, por eso trabajamos con mucha fuerza para sacarlos de la delincuencia y evitar que le hagan daño a la sociedad”, expresó.
Tardón precisó que el ministerio opera dentro las cárceles y también fuera de éstas. Por un lado, a través de los APAC que significa Asociación para la Protección y Asistencia de Condenados, que promueve la fe como motor de cambio para la reinserción.
Testimonios de cambio
En el marco de un emotivo acto, celebrado en el módulo 55 del penal concesionado, profundos testimonios de vida grafican el sentido de Cecarcon, como el caso de Manuel Cutiño, de San Pedro de la Costa, que incursionó en el delito a los 7 años luego que su madre fuera asesinada y desde los 17 hizo una trayectoria en el intramuros.
Confesó que “el evangelio me alcanzó dentro de la cárcel cuando tenía 35 años. Dios me levantó y me enseñó su palabra; me enseñó lo que era su poder; atrás quedaron pensamientos de mala obra, de robo, drogas. Perversos antiguos empezaron a irse, y llegaron sueños de bendición, de alcanzar una vida sana, una vida honesta”.
Hoy, Manuel está fuera de la cárcel y formó una familia bajo la ley de Dios, dedicando parte de su tiempo al Ministerio, y también a un emprendimiento en el rubro de la jardinería.
Desafíos
Con vasta trayectoria en la asistencia de condenados, el obispo Fernando Tardón aseguró que los usuarios de Cecarcon en su mayoría trabajan, no obstante, reafirmó que “el sector empresarial debe abrir sus puertas para que la gente que sale de la cárcel pueda tener una trabajo seguro y honesto. Lo espiritual debe ir de la mano con lo material para evitar la reincidencia”, concluyó