El docente Jorge Rodríguez, propone un “decálogo de los derechos de las mujeres en las maternidades”, para evitar estas situaciones.
El nacimiento de un hijo es uno de los momentos más importantes que una familia puede vivir y para su buen resultado, es fundamental cumplir con una serie de protocolos y recomendaciones para que madre e hijo salgan airosos de la tarea.
“Está fuertemente respaldado por la evidencia científica que el momento del nacimiento es fundamental en el desarrollo del vínculo madre-hijo. Además de la necesidad biológica de salir del útero hacia un ambiente cálido, con muy poca luz y en silencio”, sostiene Rodríguez, académico de Obstetricia de la U. San Sebastián y especialista en parto respetado.
Además, “las hormonas que deben funcionar en el periodo del nacimiento y del puerperio inmediato se ven bloqueadas cuando existe un ambiente intervenido como el que se aprecia en el video. Si esas hormonas no están en juego se pone en peligro la lactancia precoz y la retracción uterina, llevando incluso a la madre a un riesgo de hemorragia post parto”, sentencia Rodríguez.
El video mencionado se conoció a través de las redes sociales y en él se ve cómo una veintena de funcionarios de las salud en una maternidad en Guatemala, atienden un parto en medio de gritos, festejos de la noche de año nuevo y, sostienen al recién nacido en forma brusca e incluso saltando “debe haber provocado niveles de estrés altísimos en el recién nacido, interfiriendo con la lactancia, el contacto piel con piel y obviamente con el apego”, explica el académico.
La violencia obstétrica no solamente pasa por denigrar, ofender, humillar y maltratar a la madre, sino también por la manipulación e intervención excesiva, innecesaria, de rutina y además con fines poco éticos como los observados en el video.
“Necesitamos como sociedad formar profesionales que desde el pre grado obtengan valores y actitudes, que son tanto o más importante que las aptitudes y habilidades técnicas necesarias para ser un buen profesional de la salud”, puntualizó.
En esa línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha desarrollado lineamientos para que las prácticas de los equipos tratantes estén enfocados al resultado a largo plazo, y no solo a la ejecución inmediata que significa un recién nacido sin secuelas y una madre sana, sino más bien, conducentes a una experiencia de parto positiva.
Este último término ya no solo visto como un producto secundario, sino que más bien como el principal objetivo en la atención a las gestantes.
Y a partir de esos lineamientos, el académico de Obstetricia, elaboró un instrumento exigible por las futuras madres en los distintos recintos asistenciales