Turismo pone en peligro al elefante salvaje en Tailandia
Fotografía: Créditos: touchchiangmai.com

Turismo pone en peligro al elefante salvaje en Tailandia


Por Sergio Fuentes | 08 Diciembre 2018 15:45
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La demanda de elefantes para el turismo ha provocado un aumento de la caza furtiva de los paquidermos salvajes en Tailandia, lo que hace peligrar su supervivencia, según denuncian varias organizaciones ecologistas.

Los paseos en elefante tienen una comprensible atracción ya que ofrecen una oportunidad única para acercarse a los animales terrestres más grandes del mundo.

Cada vez son más los elefantes capturados de la naturaleza para estas actividades turísticas que hasta ahora tenían lugar principalmente en Asia pero que se han extendido también a África. Muchas de estas capturas se realizan a una temprana edad, normalmente tras matar a sus madres, antes de entrenar a los animales durante años a través de métodos bastante violentos.

Los elefantes en Tailandia

No es de extrañar que cada año se celebre en Tailanda, desde los años 60, un festival dedicado íntegramente al elefante en la comarca de Surin. Su propósito es recaudar fondos para garantizar la supervivencia de cuidadores y elefantes.

En la capital de Tailanda, Bangkok, pese a ser completamente urbana tampoco se olvidan de venerarlo: allí se encuentra el Museo Real deElefantes, dedicado exclusivamente al más sabio de los animales y a su iconografía.

Todas estas atracciones han sido, de paso, utilizadas como reclamo turístico. Aquí hay cierta polémica: hay quien piensa que todo esto desvirtúa la figura del elefante como símbolo de una nación y sus creencias; pero también quien cree que estas “atracciones” muestran al mundo la importancia del animal en el país.

Polémica

Grupos como la Fundación de Elefantes Asiáticos de Tailandia o Amigos del Elefante Asiático han pedido a las autoridades que tomen medidas para frenar a los cazadores furtivos antes de que sea demasiado tarde, informa el diario "Bangkok Post".

En Tailandia, hay unos 3.000 elefantes domésticos y otros3.000 en estado salvaje, cuando se estima que en 1850 había 100.000 en el entonces Reino de Siam, según el Centro de Conservación de Elefantes.

La última víctima de los cazadores furtivos fue un elefante hembra de entre 7 y 10 años que fue abatida la semana pasada en el suroeste deBangkok.

Las autoridades creen que los cazadores iban en busca de su cría, a la que podrían vender por cerca de un millón de bat (33.000 dólares o 15.593.000 pesos chilenos) en el sector turístico.

A los ejemplares que están en cautiverio se les aserran los colmillos para utilizar su marfil en el mercado tailandés, una excepción a la prohibición del comercio internacional de marfil muy criticada por las organizaciones ecologistas.

La primer ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, se comprometió la semana pasada a acabar con este mercado doméstico de marfil, del que se aprovechan las bandas internacionales para introducir mercancía ilegal de elefantes cazados en África.

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