Este jueves se puso fin al proceso judicial contra Fernando Candia y Felipe Osiadacz, ambos chilenos
acusados de asesinar a Yusaini Bin Ishak en agosto de 2017, en Malasia.El
tribunal decidió recalificar el caso a homicidio culposo, donde la pena máxima es de 10 años de prisión,
evitando así la horca.Sin embargo, la
defensa de los chilenos apeló y logró que fueran sentenciados a dos años tras las rejas, condena a la cual se debe restar los 15 meses que ya llevan en prisión.En la audiencia
destacó la declaración de Felipe Osiadacz, quien apeló a su buena conducta y a que nunca tuvieron problemas con la ley en el extranjero.“No somos criminales.
Somos buenas personas. Fue un accidente. Vivimos un año en Australia y jamás tuvimos problemas con la ley”, testificó.