Fotografía: Las fuertes heridas provocadas al bebé de apenas 41 días de nacido, obligaron a los médicos a amputarle ambas piernas.
Provocó que a su bebé le amputaran las piernas y reos lo agredieron brutalmente en la cárcel
Por Sergio Fuentes
| 27 Agosto 2018 10:14
Un prisionero que golpeó a su hijo casi hasta la muerte, fue atacado por dos reclusos con un calcetín lleno de latas de atún y barras de metal.
Tony Smith, de 47 años, torturó tanto a su bebé de apenas 41 días de nacido en 2015, que sus piernas tuvieron que ser amputadas y fue encarcelado junto a la madre del menor, Jody Simpson, de 24 años. Dos reclusos de la Prisión Swaleside en la Isla de Sheppey en Kent (Inglaterra), atacaron a Smith después de haber sido puestos erróneamente en un ala para prisioneros más vulnerables. Smith, quién es además un adicto a la heroína, sobrevivió a los golpes, pero quedó con una cuenca ocular fracturada, costillas rotas y la mandíbula quebrada. Una fuente de la prisión señaló a los medios locales que: "Entraron en contacto con Smith y lo mantuvieron como rehén en su propia celda durante cuatro horas". "Durante ese tiempo lo ataron a una silla y lo atacaron con un calcetín lleno de latas de atún y barras de metal". "Los guardias de la prisión lograron quitárselo en el momento preciso; tiene suerte de no haber muerto". [caption id="attachment_33598" align="aligncenter" width="634"] Tony Smith, de 47 años de edad y Jody Simpson.[/caption]Se inicia una investigación sobre cómo se permitió el ataque
Un portavoz del servicio penitenciario le dijo a The Sun: "El personal resolvió un incidente que involucró a tres prisioneros el 7 de agosto". "El incidente ha sido remitido a la policía, por lo que sería inapropiado seguir comentando". Smith y Simpson fueron condenados a 10 años de prisión por una serie de agresiones rencorosas contra su pequeño hijo. Cuando el bebé fue visto por los doctores a los 41 días de nacido, estaba a segundos de morir con septicemia. Estaba gris, echando espuma por la boca y gruñendo, con el cuerpo muy hinchado y con múltiples fallas orgánicas. Fue solo el tratamiento médico por parte del doctor, los paramédicos y el personal del Hospital Pembury en Kent y del Evelina Children's Hospital de Londres, lo que le salvó la vida al pequeño. Fracturas en los muslos y la parte inferior de las piernas, el tobillo derecho, el pulgar izquierdo y dos huesos en su dedo gordo fueron revelados por radiografías posteriores. Los expertos luego concluyeron que habrían sido causados por tirones y torsiones, con una fuerza considerable. Tenía tanto dolor por sus lesiones que mostró signos de angustia, incluso cuando estaba sedado en el hospital. Lamentablemente, la septicemia fue tan grave que el pequeño Tony, quien desde entonces ha sido adoptado por una buena familia y se le ha dado una nueva identidad, ha quedado con lesiones que le cambiarán la vida. Pero a pesar de su horrible comienzo en la vida, el tratamiento médico que lleva y la discapacidad, el pequeño, hoy de tres años, lleva una vida próspera junto con su nueva familia.
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