Asesinaron a su madre de 75 años como parte de un ritual satánico

Tres hermanos mataron a su anciana madre después de arrancarle los ojos y sacarle los intestinos en un horrible ritual satánico, según afirma la policía.

El cuerpo mutilado de Teodora Quispe Cayllahua, de 75 años, fue encontrado por la policía dentro de su precaria casa en el pueblo de montaña de Andabamba, al norte de Perú. Sus tres hijos, Aurelia Quispe, de 38 años, Percy Quispe, de 41 años, y Marcelina Suane, de 46, fueron capturados posteriormente por agentes de la Policía Nacional y, según los informes, confesaron el asesinato. [caption id="attachment_31751" align="aligncenter" width="1020"] Percy Quispe (41), Marcelina Suane (46) y Aurelia Quispe (38).[/caption] Según la policía, los hermanos conspiraron juntos para matar a su madre el sábado por la noche en un grotesco ritual de curación en el que un ser querido necesitaba ser sacrificado al diablo. El comisario de policía Julio Torreblanca le dijo al canal de televisión Perú 21 que una de las hermanas sacó los ojos de la mujer durante el rito y luego con un cuchillo, cortó algunos órganos internos, incluidos los intestinos. Luego arrojaron su interior a un estanque cercano y se bañaron en la sangre de su madre, "invocando al diablo", dijo. Según informes, Aurelia, descrita por la policía como cabecilla, dijo en el momento en que fue arrestada: "El Amo de lo oscuro me ordenó, el rey de los avernos ya está con nosotros, somos más y cada día aumentaremos”. Más tarde le dijo a la policía que había convencido a sus hermanos mayores para que ofrecieran a su madre en el sacrificio humano después de tener "un sueño extraño, en el que me enteré de que me habían elegido. Entonces, apareció una pequeña rana en mi puerta". La policía más tarde recuperó los ojos de la mujer y parte de sus órganos internos, que fueron llevados con su cuerpo para la autopsia. Los lugareños afirmaron que se sabe que las sectas satánicas que operan en áreas remotas de la provincia de Santa Cruz practican rituales tan horripilantes, prometiendo curas, éxito y ganancias financieras. El fiscal a cargo del caso describió el crimen como "aterrador". Los tres hermanos fueron acusados ​​de homicidio calificado, que puede ser castigado con cadena perpetua.