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La Ortiga, una planta indispensable
Por Marcelo Ramírez
| 13 Octubre 2017 11:00
Si tenemos localizado un espacio donde crezca la ortiga sin estar expuesta a fumigaciones químicas por cultivos cercanos, podemos usar esas plantas, de lo contrario, debemos valorar cultivarla en casa porque es una de las plantas más beneficiosas para la salud y de ella se usa desde la raíz a las flores pasando por los tallos y las hojas. Para protegernos de sus "picadas", sólo hay que recogerlas con guantes, en cuanto las escaldamos (sumergir un instante en agua hirviendo), dejan de picar.
Es un alimento con la misma cantidad de proteínas que la carne, además de Vitamina A, del grupo B,C,E, hierro, magnesio o zinc. En la cocina, la podemos usar igual que cualquier otra verdura, en ensaladas, sopas, purés, tortilla o batidos.
Sus propiedades sanadoras benefician a todo el cuerpo:
Tomando una taza de infusión diaria, combate las enfermedades causadas por virus y bacterias.
Evita la caída de cabello a base de lavarlo con cocimiento de ortiga fresca y raíces de ortiga, de esa manera restablecemos de nuevo el crecimiento.
Una limpieza de sangre puede hacerse a base de tomar durante un mes, dos infusiones diarias de ortiga, esto también facilita la formación de sangre. Esta terapia se recomienda hacerla en primavera y otoño.
En infusión, se utiliza para evitar obesidad, diabetes, eczemas, picor, dolor de cabeza, anemia, arenilla renal, afecciones de hígado, de bazo, catarros convulsiones, úlceras estomacales e intestinales, enfermedades del pulmón, retención de líquidos, alergias, gota, reuma, ciática, lumbago, neuritis y también es antihistamínica.
Las personas mayores suelen ser propensas a sentir cansancio y agotamiento por falta de hierro, la ortiga es su aliada.
Estimula el páncreas y la evacuación de vientre y además es un preventivo para el cáncer.
INFUSIÓN: 2 grs. (una cucharada de postre) de hoja seca para 250 ml. de agua. No se debe hervir el agua, sólo escaldar, dejar reposar tapado 5 minutos, colar y tomar a sorbos.
PESTICIDA: poner en un bidón una gran cantidad de ortigas, cubrirlas con agua y dejar macerar durante varios meses, colar y usar para rociar las plantas que queremos proteger de insectos
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