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El valor histórico del pituto, mejor tener amigos que dinero
Por Marcelo Ramírez
| 02 Junio 2017 08:21
Entre los miembros de la clase media hay una práctica anclada llamada “intercambio de favores” o pituto, medio para obtener bienes y servicios mediante vínculos amistosos. Esta práctica se liga al nacer de la Clase Media (C.M) a inicios del s.XX. Esta práctica ha ido evolucionando junto a las transformaciones socioeconómicas, la hipótesis planteada es que el desarrollo de la C.M chilena desde 1920 al alero del Estado, significó que uno de los mayores dispositivos de integración social que se beneficio éste grupo ha sido y sigue siendo el “intercambio de favor”, consolidando su posición respecto a los sectores populares.
Pituto como intercambio de favores: consiste en la forma de regulación social entre la economía de mercado y la redistribución del Estado, perdura como un intercambio constante de ayuda y apoyo a la familia, a amigos y conocidos. Se capitaliza como una deuda simbólica, generando reciprocidad obligatoria.
Es, sigue y será una práctica institucionalizada de larga duración
Mejor tener buenos amigos: Parte de la riqueza de la práctica estudiada radica en que existe entre la esfera pública y el espacio del mercado un amplio ámbito de regulación social que no tiene que ver ni con la acción pública ni con acción económica.
Existen transacciones, como el pituto, que se construyen en relación con la estructura estatal o privada, se alimentan de ella y construyen una red muy eficiente de ayuda informal. Es una práctica sistemática, que descansa en redes horizontales más bien amistosas y en vínculos de confianza, permite obtener bienes y servicios no disponibles por las vías más formales o más institucionales y en el caso de Chile, se trata casi de la única forma de obtener un trabajo. Es valorado por los chilenos en la medida que ofrece una protección y una seguridad que dependen más del capital social que del capital económico, elemento particularmente valorado por quienes no logran escapar definitivamente de cierta vulnerabilidad social, por eso es mejor tener más y mejores amigos que dinero.
Juan Ignacio Cordero Pérez
Licenciando en Historia, UCSC
Magister en Historia, PUCV
Diplomado en Desarrollo, pobreza y territorio,UAH
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