El mundo está cambiando

Las crisis siempre nos han dejado en evidencia, esa es una de las máximas de todas las situaciones complejas como la emergencia del Covid-19.

Eso quiere decir que, frente a estas situaciones, nuestras falencias, realidades y virtudes quedan expuestas. En otras palabras, cuando como planeta enfrentamos situaciones límites, todo lo que subyacía en nuestro interior, sale a flote.

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Por eso hoy comenzamos a ver la naturaleza de los nuevos tiempos que hemos construido como sociedad en los últimos años. Ejemplo de eso es que el rol de la sociedad civil, y el poder fáctico que tienen a través de las redes sociales. Generando que demandas históricas que han afectado durante mucho tiempo a la ciudadanía (sobre todo a los más vulnerables), se posicionen como trascendentales en nuestro día a día. Esto ha llevado a que muchos países vieran frenada su normalidad debido a distintos levantamientos sociales que buscan reivindicaciones que durante décadas han sido obviadas por los gobiernos del mundo.

Desde el movimiento de los indignados en España, La primavera árabe, nuestro estallido social del año pasado, los estallidos en Francia, y las recientes manifestaciones en EE.UU por los temas raciales, son una demostración de estos fenómenos.

Sin embargo, en la medida que pasa el tiempo, estos alzamientos sociales dejaron de ser una particularidad, y se han comenzado a convertir en una generalidad.

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Por eso ante las brechas sociales, y los efectos económicos que está generando y generará esta pandemia, se levantarán nuevas tensiones entre la ciudadanía y sus gobernantes.

Ante eso debemos acostumbrarnos a que este nuevo siglo, y sus crisis sin precedentes, nos llevará a una oleada constante de alzamientos sociales, que vendrán a evidenciar que la gobernanza de los últimos años acostumbró a los países a generar normalidad, aún cuando no resolviera todos los problemas de la ciudadanía. En otras palabras, ya no será válido convivir con las problemáticas, sin poder entregar soluciones realmente satisfactorias para las personas, esto les pondrá más presión y será una mayor exigencia para los gobiernos del mundo.

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